La película “Corazón azul” dirigida por Miguel Coyula, pese a la excelente acogida que ha tenido en el extranjero, no puede ser vista por su público natural, el cubano.
“Corazón azul” se estrenó en abril de 2021 durante la edición 43 del Festival Internacional de Cine de Moscú, el segundo certamen cinematográfico más antiguo del mundo.
Su trama se desarrolla en una realidad distópica: Fidel Castro considera que solo a través de la ingeniería genética se puede crear el «hombre nuevo» que salvará el socialismo por ello ordena varios experimentos, pero todos fracasan en su objetivo primigenio y en su lugar, nacen seres violentos que amenazan con hacer sucumbir las instituciones políticas de la isla comunista.
Pero más allá de esta primera lectura, la película advierte sobre los riesgos de manipular las conductas, las posturas y los sentimientos de las personas.
“Lo que ha pasado con “Corazón azul” es que desde que se estrenó ha tenido un buen recorrido internacional. Ha obtenido un premio en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara”, dijo, desde La Habana, a Radio Televisión Martí, el cineasta, que trabaja sin apoyo institucional por lo que debe gestionar él los costos de producción y conseguir la distribución y la exhibición, además de asumir los riesgos de la censura estatal.
La película participó en el festival BAFICI en Buenos Aires, Argentina, el evento más grande y prestigioso para el cine independiente en América Latina.
Asimismo, formó parte de la selección oficial dentro de la competencia de largometrajes de ficción en la edición 34 del Festival Cinélatino Rencontres de Toulouse.
Coyula destacó que Corazón azul fue censurada en el Festival Internacional de Minsk en Bielorrusia y del Festival Internacional de Nador en Marruecos, “por razones políticas y sexuales”.
Tampoco ha sido programada en el principal espectáculo cinematográfico de Miami:
“El Festival de Miami jamás ha programado ninguno de mis largometrajes. Siempre con todas mis películas han dado una respuesta muy escueta. El director del festival siempre ha dicho así ‘no es para nosotros’. Más allá de eso, interpretaciones posibles no te puedo dar”, subrayó.
“Y resulta curioso porque, por ejemplo ‘Memorias del desarrollo’ se estrenó en el Festival de Sundance que es el festival más importante de Estados Unidos y que uno esperaría que el tema cubano en Miami interesaría. Lo que sí te puedo decir es que todas mis películas son anti sistémicas. En ese sentido, soy muy crítico tanto de la sociedad cubana como de Estados Unidos. Siempre he tenido una visión crítica hacia todas las zonas más oscuras de la sociedad y quizás por eso me he buscado problemas en muchos lugares”, recalcó.
No obstante, “Las críticas en todos los lugares han sido muy buenas, pero desde hace dos años en Cuba el único espacio que hemos tenido es proyecciones privadas en espacios clandestinos, sin poder darle publicidad en las redes”, lamentó el realizador.
La película se ha proyectado en espacios alternativos de La Habana, como el proyecto comunitario Santa Mía de la Talla, fundado en Guanabacoa por el músico David de Omni Zona Franca y en Coco Solo Social Club, de Marianao.
“Más recientemente, el 24 de noviembre, la embajada noruega la proyectó en su espacio ‘Cine bajo las estrellas al aire libre’ para una proyección que fue realmente impresionante porque se llenó con 200 personas y muchos se quedaron fuera porque ya no había donde sentarlos”, relató Coyula.
"En casa la hemos puesto todos los domingos para un público de 10 a 15 personas, entre los cuales han estado los programadores del Festival de Cine de La Habana, los cuales la han visto y en ningún momento nos han dicho que la enviemos, que fue lo que sucedió con mi película “Memorias del desarrollo” de la que uno de los programadores me dijo que la enviara, y la programaron aunque estuvo fuera de concurso, pero, como mi documental “Nadie” del 2017, lo enviamos y ni siquiera nos contestaron, ni me molesté en enviar Corazón Azul”, indicó.
“Memorias del desarrollo” (2010) cuenta con más de una decena de premios internacionales y es respaldada por una Beca Guggenheim. Además fue nombrada como la mejor película cubana del año por la International Film Guide.
Ante esa situación, Coyula decidió no presentar “Corazón azul” al Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana de 2022.
“Decimos para qué vamos a hacerlo si, evidentemente, no hay una intención de luchar porque se ponga, porque lo que pasa con la película es que como es frontalmente antisistémica, me imagino que para el programador sea difícil, en un contexto totalitario como éste, luchar para que se exhiba en un festival; más, como está ahora la situación con la política cultural en Cuba”, apuntó.
El filme está protagonizado por Lynn Cruz y Carlos Gronlier.
Desde 1959, el ICAIC (Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográfica) ha mantenido su autoridad sobre las estructuras de producción, exhibición, distribución, promoción y cuidado del patrimonio nacional.
“Y a mí lo que me pasa es que yo siempre he pensado en hacer un cine verdaderamente independiente, sin pedir apoyo al ICAIC o a ninguna institución cubana. Es, de alguna manera, la única forma de tener libertad en el contenido y la forma que es lo que debe ser el cine independiente más allá de la forma de financiamiento”, señaló el creador.
“Lo que pasa en Cuba es que hay muchos grados de independencia y de dependencia porque desde el momento en que tu guión tiene que ser aprobado por el Fondo de Fomento para el Cine Cubano, que es un fondo que se creó a partir del Decreto 373 para regular la creación audiovisual independiente, es un poco absurdo que el propio ICAIC, la propia industria del cine, es quien te da un carnet de cineasta independiente”, manifestó.
El Decreto-Ley 373, del Creador Audiovisual y Cinematográfico Independiente establece que el ICAIC “es la entidad rectora de la actividad audiovisual y cinematográfica, para ello fomenta y controla la producción, distribución, exhibición, promoción, comercialización y conservación del cine, […] atendiendo a criterios artísticos enmarcados en la tradición cultural cubana y en los fines de la Revolución que la hace posible y garantiza el clima de libertad creadora”.
“Entonces yo me mantuve al margen de todo eso, para mí eso es una Espada de Damocles. En un momento en que tú firmas eso, por supuesto después te pueden censurar la película o cualquier cosa que ellos interpreten”, concluyó Coyula.
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