El Observatorio Cubano de Conflictos (OCC) contabilizó al menos 18 muertes a causa de la creciente ola de violencia en Cuba, así como 521 protestas y denuncias públicas durante el mes de julio.
"Un saldo de 18 cubanos muertos con violencia contabilizado por el OCC en julio resultó de riñas repentinas, ajustes de cuentas, feminicidios (3), o fueron ultimados para robarles. Otras tres personas fueron atropelladas por vehículos de motor y los choferes se dieron a la fuga. Otros sucesos igualmente violentos no terminaron en pérdidas de vidas pero subrayaron la crispación de muchos cubanos inmersos en la crisis multilateral. Es de destacar que el carnaval de Santiago de Cuba fue escenario de casi cotidianas reyertas entre grupos de jóvenes, una creciente manifestación de la violencia social en la isla", indica el OCC.
“En los desaparecidos hubo 13 casos en este mes, seis de ellos fueron de mujeres y niñas, es algo inédito en Cuba. El robo de las motorinas, prácticamente una ola, y ha habido personas heridas, es algo que no tiene solución, por lo menos en las condiciones actuales, no parece que por más presión que le pongan a la policía van a poder resolver este problema, y la población está crispada también, está asustada de que, si un hijo sale a la calle, a lo mejor no regresa”, dijo a Martí Noticias el periodista Rolando Cartaya, autor del informe mensual del proyecto, apoyado por la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba.
El reporte reconoce que durante ese mes el gobernante Miguel Díaz-Canel confirmó ante la Asamblea Nacional el aumento de la violencia, la delincuencia y las adicciones en el país, y que la Policía reconoció que los actos vandálicos “en ocasiones involucran el uso de armas de fuego”.
Las manifestaciones de disgusto incluyeron el malestar por hambre, represión, carencia de agua, electricidad y medicamentos, entre otros motivos indicó el OCC.
"La represión en las calles incluyó en el mes de julio una gran movilización de la policía política contra activistas, opositores y periodistas independientes para prevenir un nuevo 11J, en su tercer aniversario y con el país en peores condiciones. Se utilizaron métodos como la prisión domiciliaria extrajudicial y otras restricciones a la libertad de movimiento; detenciones arbitrarias; citaciones; suspensión personalizada del servicio de telefonía e Internet, despliegues militares intimidatorios, y amenazas sobre publicar videos críticos en las redes. Otro hito represivo fueron las condenas de 2 a 8 años de prisión contra cinco de los manifestantes que salieron en mayo de 2023 a exigir comida y libertad en el poblado de Caimanera, cerca de la base naval estadounidense de Guantánamo", indica el reporte.
“Aunque hubo menos protestas que el mes pasado, creo que hubo protestas de mucha calidad, el propio trovador Silvio Rodríguez, en respuesta a una evaluación del economista Juan Triana, estuvo de acuerdo en que se está destruyendo el país, y Triana, en particular, aunque no mencionó al grupo GAESA, si dijo que el gobierno ha estado invirtiendo hasta el 35 % del presupuesto estatal en hoteles mientras que ha descuidado la agricultura, la salud, todo lo demás. Esto pone en evidencia a GAESA, que también fue puesto en evidencia por más de 200 personas, alrededor de la inauguración de este hotel nuevo del grupo empresarial, de 42 pisos en medio del Vedado, mientras la gente está en plena penuria de todo, de electricidad, de alimentos, de agua, de todo”, explicó el periodista.
También hay serias quejas sobre el desplome de los servicios de la salud pública.
“El oropouche ha venido a llover sobre mojado, ya había dengue, hay covid, hay influenza, hay muchas enfermedades latentes, y la situación del país no le permite a los cubanos enfrentar estos brotes con los recursos que deberían. De entrada, el gobierno mismo dice que no tiene combustible para fumigar. Aparte de eso, están otros problemas como la falta de ambulancias, falta de medicamentos, la ruina de los hospitales, y la tendencia creciente de los cubanos a tratar de buscar por fuera del sistema de salud las soluciones a sus problemas. De tratar de pedir ayuda para encontrar un medicamento, para encontrar bolsas de colostomía, o para en algunos casos pedir una visa humanitaria porque como dijo un muchacho -aquí te dejan morir-”, dijo Cartaya.
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