La crisis migratoria cubana es una piedra en el zapato del presidente costarricense, Luis Guillermo Solís, quien tendrá que aludir al tema de los miles de cubanos varados hace un mes en su país cuando se reúna este martes con Raúl Castro, al cierre de su visita oficial a la isla.
El objetivo del viaje de Solís a La Habana, a donde llegó el domingo con una amplia delegación de funcionarios de su Gobierno, es culminar el proceso de normalización de las relaciones diplomáticas restablecidas en el 2009.
Unos 50 empresarios de 23 sectores productivos que viajaron con el mandatario buscarían oportunidades de inversión en Cuba, según
la agenda divulgada en la página de la Presidencia.
Pero los acontecimientos –iniciados en noviembre, cuando Nicaragua cerró su frontera a los cubanos de camino hacia Estados Unidos– han ensombrecido la visita, en parte porque Solís llega a La Habana después que países de la región le dieran la espalda en su intento por conseguir una salida regional a la actual
crisis humanitaria que encara su Gobierno.
Solís tiene previsto decirle a Castro el martes que no puede seguir cuidando indefinidamente a miles de migrantes cubanos varados en su territorio, con lo que intentaría forzar una solución a una crisis que se ha extendido por un mes, según reportó la agencia Reuters.
"Siendo un país pequeño, no podemos mantener indefinidamente esta tarea", dijo Solís del esfuerzo por parte de funcionarios nacionales y locales, iglesias y empresas privadas para apoyar a los cubanos, la mayoría de los cuales permanecen en refugios.
"Esto lo plantearé con fraternal franqueza en las reuniones que sostendré la próxima semana en San Salvador, con todos los presidentes del SICA (Sistema de la Integración Centroamericana) y en La Habana, con el presidente Raúl Castro", dijo Solís en un discurso difundido en Costa Rica.
La visita, que concluye este martes, estaba prevista antes de ocurrir la avalancha de cubanos saliendo de la isla por temor a que Estados Unidos elimine la Ley de Ajuste Cubano, que ofrece beneficios exclusivos a los que pisan suelo estadounidense.
Poco ha dicho Cuba acerca de la irregular situación de miles de cubanos estancados en Costa Rica.
Como suele ocurrir, el Gobierno de Castro acusa a Estados Unidos de incentivar las salidas ilegales y ha dicho que está dispuesto a recibir a los cubanos que deseen regresar al país. Hasta ahora, no se sabe de ninguno que haya aceptado la oferta.