La crisis migratoria cubana se ha ido desplazando al sur después que países centroamericanos han blindado sus fronteras para impedirles el paso en una aciaga travesía rumbo a Estados Unidos.
De Nicaragua, donde cerraron las puertas al paso de migrantes cubanos en noviembre de 2015; tuvieron que retroceder a Costa Rica.
El capítulo de Nicaragua comenzó así
En Costa Rica se agruparon cerca de 8000, hasta que pudieron viajar a los Estados Unidos gracias a un puente aéreo gestionado por la Organización Internacional de las Migraciones y los países de la región.
En Costa Rica vivieron meses albergados
Luego San José anunció que deportaría a los cubanos que entraran ilegalmente y cerró su frontera sur con Panamá.
Desde entonces se acumularon más de 4000 cubanos, que han comenzado a abandonar el país rumbo a EEUU en virtud de una gestión del gobierno panameño, que el 9 de mayo blindó su frontera dejando a cientos de cubanos en los pueblos fronterizos de Colombia.
Crisis en Turbo, Colombia
En Colombia se localiza ahora el cuello de botella, con unos 500 migrantes, -la mayoría de ellos de origen cubano-, que buscan llegar a Estados Unidos.
Permanecen a la intemperie, durmiendo sobre cartones frente a la Iglesia de Turbo
Autoridades y medios locales han lanzado la alerta sobre una eventual crisis humanitaria y previsibles problemas de orden público, una situación que alegan, no tienen cómo enfrentar.
Martí Noticias contactó a Maydelín Hernández, una cubana de 36 años que describe como "desamparo" la situación que viven cientos de isleños, entre ellos niños y mujeres.
Hernández explicó que no han tenido respuesta de las autoridades, mientras permanecen a la intemperie, durmiendo sobre cartones frente a la Iglesia de Turbo.
"Queremos montarnos en un avión con nuestros recursos, con nuestro dinero. No queremos ser carga para ningún gobierno. Pero los recursos económicos se van agotando y a este paso no vamos a tener ni para los pasajes", comentó.
Desespero en la frontera
Otros migrantes cubanos consultados por medios locales mostraron su desespero de cara al próximo vencimiento del plazo estipulado por México y que está previsto para el 20 de mayo.
“Acá estamos más de 150 cubanos pero muchos están en camino desde Guyana, Perú y Ecuador. Necesitamos que abran la frontera para poder continuar”, dijo al diario El Tiempo la experiodista de la televisión cubana Marnia Leonor Hernández.
Hernández, que es parte de decenas de cubanos estancados en la localidad colombiana de Turbo, en el golfo de Urabá, pidió celeridad en las decisiones gubernamentales a fin de poder alcanzar el plan de evacuación entre Panamá y México que vence en dos días.
Agustín Nelson, otro cubano, dijo que no quieren "ser una carga económica para nadie" y pidió a Panamá que abra su frontera para poder llegar a México.
El golfo de Urabá, donde están los cubanos, es una zona cercana al punto selvático donde Panamá blindó su frontera a los migrantes el pasado 9 de mayo.
El alcalde de Turbo, Alejandro Abuchar González, dijo a medios colombianos que “la situación es insostenible” y advirtió que de no aparecer una solución “habrá una crisis humanitaria”.
El funcionario alertó también acerca de los riegos que corren los migrantes, que por el desespero podrían, por ejemplo, ponerse en manos de coyotes.
“Los emigrantes, en su afán de seguir su camino, hacia los Estados Unidos, buscarán la manera de llegar a Panamá y tomarán trochas, se embarcarán de noche, lo que está prohibido en el golfo de Urabá, por el peligro de las olas”, explicó.
A la vez, dijo, las embarcaciones usadas en estos casos son ilegales y no tienen seguridad.
“La estrategia hasta ahora ha sido persuadirlos para que vayan a los países que los admiten en condición de refugiados, como Brasil o Ecuador, mientras se soluciona el problema fronterizo con Panamá”, indicó.
Autoridades migratorias aún no se pronuncian respecto a la actual situación cada vez más crítica en la localidad de unos 170.000 habitantes, más de la mitad de los cuales están desplazados por el conflicto armado que dura más de medio siglo en Colombia.
“El número de migrantes va subiendo cada día. Hoy hay unos 500, pero mañana amanecerán 550 o 600”, dijo el secretario de Gobierno de Turbo, Emélides Muñoz.
La alcaldía de Turbo ha declarado que no tiene “las condiciones ni presupuestales ni estructurales para atenderlos”.