El nuevo hotel Grand Packard, el segundo de categoría cinco estrellas plus de Cuba, abrirá sus puertas este lunes en una emblemática zona del centro histórico de La Habana, informó la compañía española Iberostar Hotels & Resorts, que administrará el establecimiento propiedad de Gaviota, subordinado a GAESA, entidad que controlan los militares cubanos.
La instalación, catalogada dentro del segmento de hoteles urbanos y de la marca de lujo Grand, se levantó hasta diez niveles y permitirá una privilegiada vista panorámica del Malecón que bordea la bahía habanera y el Castillo de los Tres Reyes del Morro, reportó la agencia española EFE.
El precio de las habitaciones oscila entre 350 y más de 1.000 dólares la noche, en dependencia del espacio, la ubicación y el lujo por el que esté dispuesto a pagar el cliente, según una búsqueda en el sitio de reservaciones de Iberostar.
La mayoría de los hoteles en Cuba no están al alcance del bolsillo del ciudadano de a pie, que ingresa un salario promedio de 767 pesos cubanos (equivalente a 30,68 dólares), y tiene que atender necesidades más urgentes como la alimentación, el transporte y la vivienda, sectores afectados durante años, y a los que el Estado no ha dado una solución.
Enclavado entre la emblemática avenida Paseo del Prado y la calle Cárcel, el Grand Packard, con 321 habitaciones, es el segundo hotel cubano de alto estándar, después del Manzana Kempinski, que en la misma zona gestiona la cadena suiza Kempinski, también controlado por GAESA (Grupo de Administración de Empresas SA).
El edificio tiene sus antecedentes en el antiguo hotel Biscuit, inaugurado en 1911 y que en 1931 adquirió el nombre de Packard, en referencia a una tradicional marca estadounidense de automóviles que se comercializaba en la isla.
En la zona del centro histórico de la capital cubana, primer polo turístico de la isla, también se construye otro hotel de lujo bautizado "Prado y Malecón" -como la esquina de las dos avenidas homónimas donde se ubica- que contará con 208 habitaciones.
Las despampanantes instalaciones constrastan con las viviendas aledañas, muchas en ruinas, y la modesta existencia de los vecinos del lugar.
(Con información de EFE, Iberostar y Archivo Martí Noticias)