La primera trasmisión de una misa por la Virgen de la Caridad en la tv estatal cubana, está siendo dada a conocer a diestra y siniestra (nunca ha sido más apropiada la frase de marras) por las redes sociales. Abundan ya en la blogosfera, con esa trivialización del conocimiento que la caracteriza, las campanas al vuelo por el nuevo signo de apertura del Raulismo, a sólo días de la visita del Papa Francisco y a sólo horas de la quinta ronda de negociaciones entre Cuba y la Unión Europea, supuestamente centradas en el tema de los derechos humanos.
La ronda de negociaciones quise decir, no la visita Papal, que supuestamente es pastoral. Nunca ha sido más equivocado el término de marras, puesto que no hay mucho que pastorear en un país agobiado por la sequía, donde las vacas mueren por centenares, y la población continúa enfrascada en un escape sin precedentes desde el restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos. El rebaño, tanto humano como animal, disminuye a pasos agigantados en la Isla, puesto que evidentemente, no se moja con el agua que debería producir el tan cacareado “deshielo”.
“Eso habría que verlo, compay” diría Elpidio Valdés, caricaturesca representación del pueblo cubano, tanto de la apertura como sobre la afirmación de que los derechos humanos son un escollo en el diálogo entre Cuba y la Unión Europea. Si miramos las cosas de forma racional y desapasionada, hasta ahora la UE no ha hecho un solo pronunciamiento oficial sobre la represión del régimen a las Damas de Blanco, ganadoras del Premio Sajarov del Parlamento Europeo, algo que le corresponde de forma natural.
La dinámica de estas conversaciones, tanto con EU como UE, relega el tema de los derechos humanos a un mal necesario, una parada de poca monta en el camino a un objetivo “más ambicioso”, según ambas partes. La clásica “razón de estado” o maquiavélica, enmarcada en la frase “Paris bien vale una misa” de Enrique de Borbón, según la cual todo es válido, hasta convertirse al catolicismo, con tal de conquistar la meta codiciada.
“Europa bien vale una misa” dice el régimen al televisar por primera vez la homilía por la virgen de la Caridad, justo antes de comenzar la 5ta ronda con la Unión Europea, con perspectivas de una 6ta en noviembre y otras más en el 2016, hasta que se acepte como válida la visión castrista del tema, que consiste simplemente en que le dejen lidiar con el asunto como le venga en gana.
Nada fundamental sobre los derechos humanos se resolverá en estas rondas, que como bien dijo otro rey, en este caso del bolero, Agustín Lara: “no son buenas, hacen daño y dan pena”. Fieles a este postulado, hasta ahora, las de la UE y los EU, han traído más penas que glorias. Para ellos es también un problema de conversión, parada incómoda pero necesaria. La Habana bien vale cinco rondas, o una misa.