Líderes de Centroamérica y el Caribe se reunirán este miércoles en Washington con el fin de impulsar fuentes de energía limpias en la región y cortar la dependencia de la alicaída Venezuela, en una cumbre organizada por el vicepresidente estadounidense Joe Biden.
"Más allá de la cuestión venezolana es muy ventajoso para estas economías avanzar hacia energías renovables", dijo Amos Hochstein, coordinador de asuntos energéticos internacionales del Departamento de Estado.
Hochstein cree "les asegura un futuro, permite inversiones adicionales y los saca de la dependencia no solo de Venezuela sino de los fluctuantes mercados del petróleo y gas".
Una docena de jefes de gobierno y presidentes -incluyendo los mandatarios de El Salvador, Guatemala y Honduras-, vicepresidentes y otros funcionarios acudirán a la cumbre, que tendrá lugar en la sede del Departamento de Estado.
Cuba, en pleno proceso de acercamiento diplomático con Estados Unidos, fue invitada, pero no había confirmado la asistencia de un representante, dijeron fuentes estadounidenses.
Los líderes se reunirán con Biden, pero también tendrán encuentros a puertas cerradas con empresas del sector y organismos financieros internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo, representado por su presidente, el colombiano Luis Alberto Moreno.
Durante el evento, el Departamento de Estado presentará un estudio comisionado el año pasado por el presidente Barack Obama -tras visitar Jamaica y asistir a la Cumbre de las Américas en Panamá- para analizar la cooperación energética con las dos subregiones, históricamente asediadas por los vaivenes de los precios petroleros.
Uno de los desafíos para estos pequeños países es el financiamiento. En ese sentido los 15 países de la Comunidad del Caribe (Caricom) lanzarán durante la cumbre una nueva plataforma regional (C-SERMS) para coordinar inversiones a proyectos de energía limpia.
Según Hochstein, la corrupción y la inexperiencia de los gobiernos o presiones del sector de energías fósiles, retrasan los avances hacia las energías verdes, aunque muchos países han alcanzado "un progreso extraordinario".
El encuentro de alto nivel será una continuación y ampliación de la cumbre de 17 países caribeños, realiza en Washington en enero de 2015. En ese entonces acordaron reformas en la regulación energética.
Varios países del Caribe y Centroamérica dependen de Petrocaribe, un programa de la estatal venezolana PDVSA, que ofrece condiciones preferenciales de pago por el suministro de crudo: con años de gracia, bajos intereses y la posibilidad de intercambiarlo con productos agrícolas.
Por años Venezuela ha dejado retrasar los cobros de las deudas, una política que le ha tejido férreas alianzas diplomáticas con los países del Caribe y Centroamérica en organismos como la ONU y la OEA.
Pero a medida en que la potencia petrolera se sumerge en una crisis económica y de incertidumbre política que pone en riesgo la continuación de Petrocaribe, Estados Unidos busca acelerar las alternativas.
"No hay duda que Venezuela está en mi mente", dijo Hochstein, advirtiendo de las consecuencias de un colapso en el país suramericano en los países vecinos.
Si el mercado petrolero se recupera los países entrarán "nuevamente en el ciclo de endeudamiento creciente en un tiempo que Venezuela probablemente no podrá permitírselo", dijo el experto.
Los países caribeños y centroamericanos deben apurar la transición hacia otras fuentes de energía.
"El crédito de Petrocaribe ya no estará ahí (...) Por eso la necesidad de hacer esto lo más rápido posible ahora", afirmo.
En otra reunión durante la jornada, los líderes discutirán un amplio catálogo de temas de seguridad en las dos subregiones como el narcotráfico, fortalecimiento fronterizo y lucha contra el "terrorismo".