Cuba niega con vehemencia su eventual responsabilidad en el reciente ataque auditivo contra diplomáticos estadounidenses basados en la isla, pero la vigilancia a la que están sometidos estos funcionarios pone en duda cómo pudo ocurrir algo así sin que las autoridades cubanas lo advirtieran, dijo a la radio pública nacional de Estados Unidos, NPR, Michael Weissenstein, corresponsal de Associated Press (AP) en La Habana.
Consultado sobre el reciente suceso que ha puesto presión entre los viejos enemigos de la Guerra Fría, Weissenstein explicó que se maneja a Rusia entre los países que podrían estar detrás del incidente que obligó a algunos diplomáticos a marcharse de la isla para ser asistidos por síntomas que van desde dolores de cabeza y náuseas hasta pérdida de la audición.
"Eran principalmente os diplomáticos que habían llegado el verano pasado. El relevo normal de las misiones diplomáticas. Y en algún momento del otoño, varios de ellos comenzaron a sufrir síntomas que incluyeron pérdida auditiva, dolores de cabeza; y también he escuchado que náuseas", dijo el comunicador.
"Y fue tan grave que algunos de ellos tuvieron que regresar a Estados Unidos para recibir tratamiento médico. Estados Unidos lanzó una investigación y llegaron a la conclusión, entre aquel momento y los últimos meses, de que estos diplomáticos o bien fueron atacados deliberadamente con un dispositivo de sonido, o fueron expuestos de una manera que les hizo sufrir síntomas tan severos".
El periodista comentó además que no está claro para los investigadores si se trata de armas disparadas dentro de las casas de los funcionarios o desde fuera hacia adentro.
A la pregunta sobre la responsabilidad de Cuba de proteger a los diplomáticos situados en el país, Weissenstein respondió:
"Cuba niega con vehemencia (...) que tenga algo que ver con esto y dice que toma muy en serio su obligación bajo la Convención de Viena de proteger a todos y cada uno de los diplomáticos que se encuentran dentro del país", dijo.
"Ahora bien, Cuba es un país extremadamente controlado (...) Y aquí nadie está más vigilado que los diplomáticos estadounidenses. Así que plantea la cuestión de, ¿cómo podría alguien haber hecho algo a estos diplomáticos sin que los cubanos lo supieran?", cuestionó el corresponsal de AP en La Habana.
Aunque no le restó importancia al caso, dijo que no está seguro de que el suceso vaya a tener implicaciones mayores en la relación a largo plazo. Prueba de ello, -dijo-, es que el incidente se conoció varios meses después de ocurrido.
No obstante explicó: "Pensamos que este tipo de incidentes había terminado (...) es muy serio y algo que no esperábamos ver en esta nueva relación entre los Estados Unidos y Cuba".
(Escrito por Rosa T. Valdés, basado en reporte de NPR)