No se extrañe si ve desembarcar en La Habana a los turistas que llegan en cruceros de Carnival usando camisetas y bolsos de Clandestina, el negocio privado que ha tenido entre sus clientes al mismísimo Barack Obama.
La diseñadora y cofundadora de Clandestina, Idania del Río, confirmó a Martí Noticias en entrevista telefónica desde La Habana que algunos de sus productos están siendo vendidos a bordo de los cruceros.
Directivos de la empresa estadounidense, la primera en llevar sus cruceros a la isla tras el deshielo entre Estados Unidos y Cuba, propusieron el negocio.
“Esa idea surgió porque cuando empezaron a trabajar en el proyecto de ese crucero a La Habana los responsables empezaron a hacer estudios de campo, averiguaciones y a nosotros se nos acercaron para explicarnos que querían que la gente se involucrara más con las culturas de los lugares donde iban”, contó la diseñadora de 34 años.
“Nos pareció fantástico, y empezamos. En realidad es muy chiquito lo que tenemos ahí, es como una pequeña prueba para ver cómo nos va, ver si la gente entiende nuestro producto, si le gusta, si lo consume, si le interesa”, agregó.
La tienda-estudio de diseño Clandestina abrió en febrero del 2015 en su sede de La Habana Vieja, muy cerca del Capitolio.
Del Río y su socia Leire Fernández buscaban crear una boutique de diseño a la usanza de París, San Sebastián o Nueva York, pero con arraigo cubano.
Por eso sus diseños minimalistas mezclan corazones Pop-art con la tradición del cartel cubano del último medio siglo. “Vamos a la zafra”, la consigna que alude a una de las quimeras de la revolución, es parte de la idea y su decoración.
Del Río, graduada en el 2004 en el Instituto de Diseño (ISDI), dijo a Martí Noticias que la invitación de Fathom y todo lo ocurrido con su negocio “ha sido una sorpresa”.
“No tenía idea de nada, mi predicción era trabajar y encontrar como una manera de expresar las cosas que creo que siempre han sido necesarias y desde que estoy con Clandestina eso ha ido in crescendo. Realmente todas estas cosas que están pasando son bastantes sorprendentes y a veces no lo esperaba”, explicó.
Trabajando duro
La compañía estadounidense ha dicho que la comercialización de estos productos busca mayores acercamientos de sus clientes a los países incluidos en los itinerarios.
Para emprendedores como Del Río es la oportunidad de saltar las fronteras de Cuba y enfrentarse al mundo real con los desafíos que eso implica.
“Estamos trabajando muy duro y cada día tenemos cosas que no salen bien, cosas que si salen bien y en ese proceso vamos descubriendo que las cosas no son color de rosa pero sí que vale la pena como perseguir un objetivo”, expresó.
Del Río fue de los emprendedores cubanos que se reunieron con el presidente Barack Obama durante su visita a la isla.
"Creemos en el pueblo cubano; creemos en artistas como Idania Del Río quien diseña e ilustra sus propios productos, a los que cataloga de "99 por ciento cubano", dijo Obama durante el encuentro en marzo.
A ella fue a uno de los que les preguntó qué necesitaban para sus negocios.
“Necesitamos regulaciones precisas e informaciones sobre esas regulaciones, sobre importaciones y si los cubanos pueden comerciar online, de parte del Gobierno cubano y de Estados Unidos”, respondió en aquella ocasión Del Río a la pregunta de Obama.
A poco más de tres meses de la visita del mandatario estadounidense a la isla, Clandestina ya puede vender en los cruceros. Sin embargo, no son pocas las trabas que debe superar cada día.
“Lo que más se me dificulta es que no hay como una cultura de negocios, de empresa, los lenguajes no son los mismos, la manera de comunicarte, de entenderte y pasamos mucho tiempo trabajando en esa comunicación con cualquiera y eso es algo que nos golpea bastante”, dijo.
“No es lo mismo hablar de algo con alguien que sabes lo que estás diciendo, ese lenguaje es muy importante”, aclaró.
También aludió a la dificultad para conseguir los insumos, aunque algunas cosas, -dijo-, van cambiando.
“Recientemente se han abierto nuevos canales, o se han destrabado canales de instituciones como el Fondo de Bienes Culturales que de alguna manera colaboran con los artistas para que tengan las cosas para trabajar”, agregó.
La diseñadora se refirió a que existe mucho “papeleo” a la hora de hacer trámites en Cuba y pareció convencida de que con esas trabas tendrá que lidiar.
“Ve para acá y ve para allá, lleva una carta y tráela y uno pierde tiempo con eso, pero así es como son las cosas y no necesariamente van a cambiar mucho más por ahora al menos, hay que adaptarse”, admitió.