La segunda entrega de los llamados Panamá Papers, publicada este lunes por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), revela la implicación de varias empresas mixtas cubanas y personas jurídicas de la isla en la masiva filtración de documentos de la firma panameña Mossack Fonseca.
En los documentos entregados en la tarde de este lunes aparecen listadas, entre otras, la empresa Labiofam S.A, Amadis Compañía Naviera S.A, Commercial Mercadu S.A, Travelnet Ltd, B.B. Naft Trading S.A,Técnica Hidráulica S.A, Mavis Group S.A, y Octagon Industria Ltd, Resivemis Limited, Seagulls and Seafood S.A y Pescatlan S.A.
Las direcciones de todas estas empresas corresponden a los exclusivos repartos habaneros de Miramar y Nuevo Vedado.
Entre los nombres de representantes de las empresas cubanas que poseen cuentas offshore, listados bajo la categoría de oficiales, aparecen los de Víctor Moro Suárez (presidente de la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba) , Orlando Romero Mérida, Armando Rosales Fernández, Paola Perticone, Lorenzo Paciello,Jeroen J. Van Der Lip, Atilio Enrique Wagner, Inocente Osvaldo Encarnación Santovenia (director de producción de Tabacuba), Antonio González Checa, Forconi Ignacio Miguel Raúl, Katiuska Penado Moreno, José Luis Baena Carrión, Alejandro Gutiérrez Madrigal (consejero comercial de la embajada de Cuba en Londres) y Wilfredo Leyva Armesto (director del Instituto de Recursos Hidráulicos).
Bajo la categoría de intermediarios aparecen Atilio Enrique Wagner, Ramón J. Chávez Gutiérrez, Lorenzo Paciello, Miriam Prieto, Wael Bassatina, Corporación Panamericana S.A y Acepex Management S.A.
La base de datos disponible en el sitio web del ICIJ se apoya en unos 11.5 millones de documentos que pertenecían al estudio panameño Mossack Fonseca y contiene nombres de unas 214.000 empresas y particulares que utilizan empresas offshore, en muchos casos para evadir impuestos o lavar dinero.
En la primera entrega, los documentos revelaron que Cuba ejecutó el contrato para proveer a Venezuela pasaportes fabricados en Alemania y gestionados por una empresa fantasma, adquirida del bufete panameño Mossack-Fonseca.
Los contratos, que incluían cláusulas de confidencialidad, fueron ejecutados mediante transferencias y comisiones que pasaron por al menos cuatro países y con la gestión de un abogado peruano ayudado por el bufete panameño especializado en facilitar paraísos fiscales.
Martí Noticias continuará informando en próximas entregas sobre la implicación de empresas cubanas en el escándalo financiero.