Cuba consiguió implementar el 21 por ciento de las reformas dirigidas al mercado aprobadas hace cinco años para sacar a flote su dilapidada economía, un dato que pone leña al insistente reclamo, dentro y fuera de la isla, para que las autoridades comunistas aceleren el ritmo y alcance de las medidas con las que buscan salvar el socialismo.
Un pleno del gobernante Partido Comunista reconoció que los avances reportados no tienen el impacto esperado, en momentos en que se espera una desaceleración de la economía hasta el 2 por ciento en el 2016, desde el 4 por ciento reportado este año.
Cuba ha implementado hasta ahora el 21% de las 313 medidas contenidas en el plan de reformas económicas y sociales aprobado en 2011, mientras que el 77% "se encuentra en proceso", dijo el periódico oficial Granma.
La reunión, que presidio el gobernante Raúl Castro, llega en momentos en las autoridades comunistas preparan el VII congreso de la organización, única legal en la isla, prevista para abril próximo.
El plan de reformas aprobado en el 2011, que incluye el trabajo privado y cooperativo, medidas para dar mayor autonomía a la empresa estatal y una estimulante ley para atraer la inversión extranjera, no acaba de rendir los frutos esperados, según admiten las propias autoridades cubanas.
El incipiente sector privado, que ya cuenta con más de medio millón de nuevos emprendedores, se queja a menudo, por ejemplo, de los altos impuestos, la falta de un mercado mayorista y hasta de excesivos controles a sus negocios.
Una modernizada ley de inversión extranjera no consigue tampoco atraer millonarias inversiones, en parte porque potenciales inversores se han quejado de la falta de transparencia en las finanzas, la mala administración, la dualidad monetaria y de la intención de Cuba de mantener el control del 51 por ciento en los emprendimientos conjuntos.
Las reformas no llegan a la mesa
El reporte de Granma dijo que la reunión reconoció que "algunas de las medidas todavía no tienen un impacto real en la economía familiar".
Analistas coinciden en que el ritmo y profundidad de las reformas son clave para avanzar, pero Raúl Castro ha insistido en que los cambios se producen "sin prisa pero sin pausa", y que no aceptará presiones externas.
Granma dijo que en la reunión se dió a conocer el Programa de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030, aludiendo a un documento que recoge la "propuesta de visión de la nación" así como los ejes, objetivos y sectores estratégicos para los próximos quince años.
"Este Programa de Desarrollo está dirigido a resolver los problemas estructurales de nuestra economía, a partir de políticas de gobierno con enfoques integrales y sostenibles, que respondan a una visión estratégica y consensuada de mediano y largo plazos", dijo Granma, sin ofrecer más detalles.
El congreso del Partido Comunista de Cuba, previsto para abril próximo, ocurre en un nuevo contexto para la isla, tras el deshielo con su archienemigo Estados Unidos.
Expertos dentro y fuera de la isla indican que el país deberá acelerar el paso de las reformas, ahora que cada vez más países buscan acercarse a La Habana tras el restablecimiento de las relaciones con Washington.
Cuba, por su lado, sigue responsabilizando al embargo estadounidense de sus fallas para sacar a flote la deteriorada economía de la isla.