Cuba no ha logrado alcanzar sus metas de inversión extranjera dos años después de que el acercamiento con Estados Unidos suscitó el mayor interés corporativo extranjero en el país desde la Revolución, reconocieron el martes las autoridades de la isla.
El ministro de comercio exterior, Rodrigo Malmierca, dijo a empresarios extranjeros en la feria comercial anual que Cuba ha aprobado 83 proyectos de inversión extranjera con un valor superior a los 1.500 millones de dólares desde la aprobación de una ley de comercio exterior en marzo de 2014. Ello implica que la isla ha logrado una tercera parte de la inversión anual a fin de cumplir su meta de 2.000 millones de anuales en inversión foránea.
Incluso esa cifra podría ser demasiado optimista: La lista de 83 proyectos incluye algunos que recién empezaron a desarrollarse o que ni siquiera se han empezado.
"Insisto que no estamos avanzando al ritmo que queremos. Tenemos que seguir trabajando mucho para que los negocios se concreten sin dificultades, sin demoras innecesarias", expresó el ministro.
Agregó que Cuba está tratando de agilizar el flujo de nuevas inversiones con medidas como la de autorizar a empresas extranjeras a invertir en proyectos de infraestructura y las cooperativas agrícolas que producen buena parte de los alimentos del país.
"Existe la voluntad de nuestro gobierno de resolver los obstáculos que todavía pueden entorpecer el cumplimiento de estos objetivos", destacó.
Cuba atribuye gran parte de sus problemas económicos al embargo estadounidense, que limita sus posibilidades de comerciar con otros países, a pesar de medidas recientes anunciadas por el gobierno en Washington para debilitar lo que los cubanos llaman "el bloqueo".
Empresarios internacionales e incluso los mismos cubanos dicen que la lenta burocracia estatal es un gran obstáculo y que a veces tarda meses para que un documento pase de un funcionario a otro.
Las inversiones europeas parecen estar en aumento. En agosto Cuba otorgó a la francesa Aeroports de Paris una concesión para reconstruir y administrar el Aeropuerto José Martí de La Habana.
Sin embargo, el comercio con Estados Unidos sigue siendo ínfimo a pesar de algunos pocos acuerdos, como por ejemplo los concretados con algunas aerolíneas para que comiencen vuelos comerciales directos a La Habana a partir de este mes.
El ánimo estaba apagado entre las compañías estadounidenses que exponían sus productos y servicios en la Feria Internacional de La Habana, la mayor feria comercial de interés general de la isla. Mientras Cuba anunciaba con fanfarrias los nuevos acuerdos alcanzados con Rusia y Japón, los representantes corporativos estadounidenses a cargo de puestos de exhibición en un pabellón compartido con Puerto Rico dijeron que veían pocas perspectivas a corto plazo para hacer negocios con Cuba.
Los empresarios de software retirados Saúl Berenthal y Horace Clemmons captaron titulares al ganar el permiso del gobierno de Barack Obama de construir la primera fábrica estadounidense en Cuba desde 1959. Las autoridades cubanas elogiaron sus planes de armar tractores pequeños en la Zona Especial de Desarrollo Mariel al oeste de La Habana.
Sin embargo, después de más de un año de cortejo, el gobierno cubano le dijo a Berenthal y a Clemmons que abandonaran sus planes de construir tractores en Cuba, sin darles ninguna explicación, dijo Berenthal el lunes.
Hace mes y medio, los primeros tractores comenzaron a salir de la línea de ensamblado.., pero en el poblado de Fyffe, en Alabama, que tiene unos 1.000 habitantes.
"La producción de los tractores en Mariel no iba a ocurrir", dijo Berenthal.
Obama ha implementado seis rondas de regulaciones que debilitan el embargo y que permiten importaciones y exportaciones, ventas al gobierno socialista e inversión estadounidense limitada en la isla. Cuba ha autorizado que operen en su territorio los hoteles Starwood, el servicio de reserva de viviendas Airbnb y 10 aerolíneas de Estados Unidos.
Los observadores hacen notar que el pequeño pero creciente sector privado de Cuba ha podido florecer y producir decenas de miles de empleos nuevos a pesar de las constricciones del embargo. Millones de dólares ha fluido a Cuba en los últimos dos años, financiando miles de nuevos hostales pequeños con desayuno incluido y decenas de nuevos restaurantes en la capital a medida que el deshielo con Estados Unidos desata un auge en el turismo hacia la isla.
Algunos ven el estancamiento del comercio oficial con los estadounidenses como una decisión consciente del gobierno cubano para limitar el comercio mientras canaliza la mayoría de los negocios hacia compañías europeas y asiáticas, con el fin de mantener a la comunidad empresarial norteamericana hambrienta de obtener más y presionar al Congreso para que ponga fin al embargo.
"El gobierno cubano está utilizando el interés que tienen las empresas estadounidenses como el cebo para atraer el interés de las compañías de otros países", dijo John Kavulich del Consejo Económico y Comercial entre Estados Unidos y Cuba, un grupo privado que produce análisis -escépticos, en su mayor parte- de las perspectivas de comercio entre ambos países.
"El gobierno cubano está diciendo: 'No le demos nada más de lo absolutamente necesario a las compañías estadounidenses', de forma que las empresas sigan salivando a la espera de oportunidades potenciales ilusorias. Hay más inspiración y aspiración que realidad", agregó.