Los casos de otras dos personas condenadas en Cuba por el delito de "difamación de instituciones y mártires de la patria" durante los funerales de Fidel Castro salieron a la luz este domingo.
Los ciudadanos Alberto Oliva Diéguez y Mariano Rojas Marino, residentes en la ciudad de Holguín, y que no pertenecen a ninguna organización opositora, fueron acusados del mismo delito que los disidentes Darío Pérez, Maidolis Leyva y sus tres hijos, Anairis y Adairis Miranda y Fidel Batista.
Oliva Diéguez fue arrestado por dos policías el 27 de noviembre, en un reparto de la ciudad de Holguín, y condenado a un año de privación de libertad por el delito de difamación, que cumple en la prisión de “Cuatro Caminos”, explicó a Martí Noticias Dexter Pérez, activista de la Unión Patriótica de Cuba y hermano de Darío Pérez, uno de los sancionados.
Rojas Mariño cumple igual condena por lamentar, en presencia de un Jefe de Sector de la Policía, que Fidel Castro "murió sin que ningún tribunal lo hubiera juzgado por sus crímenes".
El sancionado permanece en el centro de detención denominado “Plan Confianza”, en Holguín, precisó Pérez.
Durante los funerales de Castro varios ciudadanos fueron víctimas de represión, arrestos temporales y excesivas multas por motivos tan simples como escuchar música en sus casas o en sus teléfonos celulares, recordó el activista.
Las autoridades cubanas prohibieron a la ciudadanía realizar cualquier tipo de festividad durante nueve días de duelo nacional, entre ellas escuchar música en los establecimientos públicos y la venta de bebidas alcohólicas.
Decenas de disidentes fueron advertidos de que debían permanecer en sus viviendas durante el período de duelo, y aquellos que desobedecieron fueron detenidos.