Las dos únicas supervivientes del accidente de aviación de La Habana que el pasado viernes le costó la vida a 111 personas siguen en estado "crítico extremo" aunque tienen "nivel de conciencia" y a ambas se les ha empezado a proporcionar nutrición enteral por vía de sondas.
Mailén Díaz, de 19 años, y Emiley Sánchez, de 39 -ambas cubanas-
permanecen ingresadas en el hospital Calixto García de la capital, donde son atendidas por un equipo médico multidisciplinario integrado por más de 20 especialistas, explicó este martes en una rueda de prensa el director del centro, Carlos Alberto Martínez.
Al siniestro había sobrevivido una tercera mujer, la cubana Gretell Landrove, de 23 años, quien finalmente falleció el lunes debido a los graves daños neurológicos que presentaba.
"No se pudo revertir la situación crítica extrema en la que se encontraba", señaló Martínez, quien ofreció sus condolencias a los familiares de la joven.
Según el parte médico actualizado este martes, Mailén Díaz y Emiley Sánchez mantienen un pronóstico "crítico extremo con alto riesgo de complicaciones".
El médico precisó que ninguna de ellas presenta cambios negativos en su situación neurológica, se les ha comenzado a proporcionar alimentación mediante sonda gástrica y en este cuarto día de su recuperación se les realizarán nuevas evaluaciones y tratamientos.
Mailén Díaz se encuentra sin nuevas complicaciones ni cambios en la ventilación mecánica, recibe terapia con antibióticos y está previsto tratarle de una fractura de fémur y someterla a una evaluación radiológica del torso de la columna lumbar.
Emiley Sánchez, quien sufre quemaduras en el 41 por ciento de su
cuerpo, será sometida en las próximas horas a una cura en los miembros superiores por especialistas en traumatología.
Martínez advirtió de que el pronóstico de esta paciente es "desfavorable" por la magnitud de las lesiones por quemaduras, pero agregó que el equipo médico sigue trabajando para adoptar las medidas terapéuticas y de diagnóstico necesarias.
Tras el fallecimiento de Gretel Landrove, cuyo funeral íntimo -a solicitud de sus familiares- tuvo lugar este martes en La Habana, los cubanos siguen en vilo por la recuperación de las otras dos supervivientes de la catástrofe aérea.
El Boeing 737, propiedad de la compañía mexicana Global Air y arrendado por la aerolínea Cubana de Aviación, se dirigía a la ciudad de Holguín pero se estrelló minutos después de despegar desde el aeropuerto de La Habana.
En el momento del siniestro murieron 110 personas: 99 cubanos y once extranjeros: siete mexicanos -los seis miembros de la tripulación y una turista de esa nacionalidad-, dos argentinos y dos saharauis, uno de ellos con pasaporte español.
(Con información de EFE)