Pablo Milanés, que hoy actúa en Madrid, ha decidido no hablar de política porque "es fea, mala, sucia y envenena cualquier conversación bonita sobre arte", y por eso es cauto sobre las nuevas relaciones entre Cuba y Estados Unidos. "Ya se verá", dice en una entrevista con Efe.
La apertura de las embajadas en Washington y La Habana, son para el cubano "un punto de iniciativa para realizar una exploración en distintos puntos de vista. Ya veremos lo que pasa. Es un momento de mucha expectativa y uno no puede aventurarse con lo que va a pasar, es un punto muerto, así que vamos a ver qué sucede".
En cualquier caso, matiza, "una cosa son las embajadas y otra es la apertura de las relaciones". El artista, que en otras ocasiones no ha dudado en pronunciarse, tanto con sus canciones como con sus declaraciones, muy comprometido con la revolución cubana aunque crítico con ciertos aspectos, se ha mostrado reservado y cauto, "cansado", dice, de la política.
Milanés no ha recibido nunca las disculpas que él cree que merece del Gobierno cubano por haberle sometido a trabajos forzados en las Unidades Militares de Ayuda a la Producción: "No las he tenido hasta ahora y no creo que las tenga en un futuro", admite. "En este momento estoy dispuesto a hablar de arte, de música, de todas las giras que voy a hacer... La política es fea, mala, sucia y envenena cualquier conversación bonita sobre arte. Estoy en un momento en el que no desearía abordar ningún tema político", ha precisado.
Ahora prefiere hablar de la gira que comienza hoy en Madrid presentando su disco Renacimiento y de los cuatro álbumes que está grabando junto con varios amigos y otro con su hija, alguno ya "en proceso de mezcla y remasterización". "Amo mucho a España, fue el primer país que me acogió junto con México y eso no lo olvido", declara ilusionado el fundador de la mítica Nueva Trova Cubana, junto a Silvio Rodríguez y Noel Nicola.
Aunque esta gira sea de presentación de su nuevo disco, Renacimiento, el trovador asegura que interpretará alguno de sus clásicos como "Yolanda" o "De qué callada manera". "Es que no puedo dejar de hacerlo", afirma el cantautor, siempre dispuesto, se ríe, "a complacer" a su público.
Sobre Renacimiento, Milanés explica que se titula así porque "es un renacer" de su trabajo, después de un periodo de cinco años sin componer. El disco se acerca por un lado a la música renacentista y barroca y por otro está ligado a "muchas expresiones cubanas" mezclando distintos géneros, detalla.
Milanés acaba de grabar otro elepé, con su amigo José María Vitier, "un disco de canciones muy antiguas cubanas, cantadas con piano". También está haciendo otro con Miguel Núñez, su pianista, que lleva con él "desde que se graduó" y que contiene "unas melodías preciosas" a las que él ha puesto letra. El disco con su hija Haydée, que están terminando, recoge unas canciones también "muy antiguas" del cantautor, "que ella misma ha escogido" y ha hecho los arreglos. Con su amigo Francisco Céspedes ha terminado un trabajo en el que él canta canciones suyas y a la inversa.
Las giras, dice, han sido la "columna vertebral" de su obra: "Eso me ha facilitado el hecho de que pueda ir a pueblos que no conozco y que no sé lo que va a pasar". "Las presentaciones personales lo son todo; ves la reacción del público, la magia que se crea", añade.