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Pablo Milanés espera el perdón del Gobierno cubano por sus años de prisión


Pablo Milanés durante una entrevista concedida recientemente a la Agencia EFE con motivo de su visita a Madrid para presentar su nuevo disco y gira, "Renacimiento".
Pablo Milanés durante una entrevista concedida recientemente a la Agencia EFE con motivo de su visita a Madrid para presentar su nuevo disco y gira, "Renacimiento".

El cantautor reconoce que estuvo preso en las conocidas como Unidades Militares de Ayuda a la Producción, las UMAP, pero que no habló de ello porque “nunca me han preguntado tan directamente”.

Pablo Milanés reconoce en el diario español El País que él fue una de las 40.000 personas que entre 1965 y finales de 1967 estuvieron confinadas en campos de concentración aislados en la provincia de Camagüey, donde realizaban trabajos forzados desde las cinco de la madrugada hasta el anochecer.

Forma parte de una entrevista concedida por este cantautor cubano para promocionar la gira de conciertos que comienza en España. En ella habla no sólo de su música o su estado de salud después del trasplante de riñón al que fue sometido (donado por su esposa), sino de los recientes cambios en la isla tras el anuncio del restablecimiento de relaciones diplomáticas con Estados Unidos.

Milanés, que ya había comentado recientemente en otras entrevistas que permaneció preso en las conocidas como Unidades Militares de Ayuda a la Producción, las UMAP, afirma en El País que antes no había hablado de este tema porque nunca le habían preguntado tan directamente.

“La prensa cubana no se atreve a hacerlo y la extranjera desconoce la nefasta trascendencia que tuvo aquella medida represora de corte puramente estalinista”, dijo.

El fundador de la Nueva Trova junto a Silvio Rodríguez y Noel Nicola reconoce que en esos dos años en los que permaneció en la UMAP era forzado a trabajar de sol a sol “sin ninguna justificación ni explicaciones, y mucho menos el perdón que estoy esperando que pida el Gobierno cubano”.

Tenía 23 cuando se fugó de aquel lugar junto a otros 280 presos, y se decidió a denunciar lo que allí ocurría en La Habana. El resultado, cuenta, es que “me enviaron preso durante dos meses a la fortaleza de La Cabaña, y luego estuve en un campamento de castigo peor que las UMAP, donde permanecí hasta que se disolvieron por lo escandaloso que resultó ante la opinión internacional”.

Sin embargo, sus años recluidos no le hicieron abandonar las ideas revolucionarias. Afirma que estando en prisión, “después de leerme Un día en la vida de Ivan Denisovich, de Aleksander Solzhenitsyn, que me envió un amigo, me di cuenta de que las ideas de un revolucionario no se desvían por los errores que cometen los dirigentes”. De hecho, afirma: “de allí salí más revolucionario…”.

Si bien sigue defendiendo su compromiso con los pronunciamientos del gobierno cubano, también se muestra especialmente crítico con el pasado y algunos episodios concretos de represión, como los ocurridos “antes de 1966, cuando Cuba se alineó definitivamente a la política soviética, incluyendo procedimientos estalinistas que perjudicaron a intelectuales, artistas, músicos. Según la historia, en 1970 comenzó lo que se llamó el quinquenio gris, y yo digo que realmente comenzó en 1965 y fueron varios quinquenios…”.

A la pregunta de por qué entonces se sigue considerando revolucionario pese a sus críticas, Milanés opina que el valor de lo ocurrido en 1959 en Cuba va más allá de su país, ya que su transcendencia ha llegado a toda América Latina. Afirma que “esas ideas no sólo cuajaron en mí, sino en todos los países latinoamericanos”, ya que “los ideales que profesábamos eran los más puros que se podían tener en aquella época”.

Sostiene este cantautor, 55 años después de la llegada de Castro al poder, que entonces “vi que había que defender la idea original... y todavía la defiendo. Yo asumo el pasado, y tengo claro lo que pienso”. Defiende además en la entrevista lo que denomina la “revolución ciudadana” de otros países, como la que ha llevado a cabo Rafael Correa en Ecuador o José Mujica en Paraguay, un político al que admira especialmente por haber sido capaz de olvidar el rencor pese a sus 14 años encarcelado.

Sobre el acercamiento de EEUU y Cuba afirma que siguen enrocados. "¿A qué acuerdos llegaron los dos si ahora se contradicen"

En relación de las medidas aperturistas de Estados Unidos hacia Cuba que han tenido lugar recientemente, Milanés se muestra escéptico y desconcertado, ya que, según dice, “Cuba no cederá un ápice en su posición y EE UU penetrará en todos los ámbitos que pueda para el supuesto desarrollo de la nación cubana. Siguen enrocados. ¿A qué acuerdos llegaron los dos si ahora se contradicen. Esa es mi duda: que ninguno ceda y que otra vez el pueblo cubano siga en su agonía sin salida, como está hace 50 años”.

Para él, los cambios en las regulaciones en cuanto a comercio y viajes son un “simple maquillaje”, y sostiene que para la gente corriente de Cuba nada ha cambiado, aunque existe un aspecto que sí considera un avance: el hecho de que muchos cubanos del interior y del exterior tengan ahora más cerca la unificación definitiva de sus familias.

Eso, y la excarcelación de los tres espías cubanos por parte de Estados Unidos, porque “aquí siempre existió la convicción de que el juicio estuvo amañado”, son a su juicio los aspectos más destacados del nuevo clima que se vive entre ambos países.

Milanés (Bayamo, 1943), concedió esta entrevista para promocionar su nuevo disco Renacimiento en España, su primer trabajo en siete años y en el que rescata ritmos tradicionales cubanos como el guaguancó, el son o el changüí.

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