Varios integrantes de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), que guardan prisión en el Combinado del Este, en La Habana, continúan negándose a ingerir los alimentos que sirven en ese lugar por temor de que el Gobierno los envenene.
En esa posición se encuentran Ismael Boris Reñí, Alberto Valle, Yosvani Sánchez Valenciano, Ihosvani Martínez Lemus y Alexander Alain Rodríguez, dijo a Martí Noticias el expreso político Zaqueo Báez Guerrero, quien funge como coordinador de la UNPACU en la capital cubana.
"Con respecto a los presos del Combinado, estamos llevando los alimentos para que ellos puedan comer ahí, o sea, más o menos subsistir porque como se conoce ellos no están comiendo nada del penal", señaló Zaqueo.
Agregó que "ahí están en las mismas condiciones infrahumanas, siendo amenazados por la policía política, con el problema de la alimentación. A Alexander el otro día lo llevaron a la celda de castigo por diez días. Dicen ellos que como no quieren comer en el penal, entonces los llevan a la celda de castigo y toman represalias con ellos".
La decisión de los presos no es nueva. El 25 de febrero de este año, tras la muerte en el Combinado del Este del preso político Hamell Santiago Maz Hernández, de 45 años de edad, varios activistas de UNPACU tomaron la decisión de no probar la comida que les servían las autoridades porque temen a morir intoxicados.
Minfred de la Caridad Reyes, esposa de Hamell, dijo en su momento que al opositor se le fueron presentando serios problemas renales en la prisión.
"El nunca padeció de los riñones, pero las condiciones sanitarias del Combinado son terribles, ni agua se puede tomar en ese lugar", dijo.
Hamell integraba un grupo de los 55 prisioneros políticos de UNPACU que se encuentran tras las rejas en prisiones de las 5 provincias orientales, y en Camagüey, La Habana, Mayabeque, Artemisa y Pinar del Río, señalaba un comunicado de la organización disidente.
(Con la colaboración de la periodista Ivette Pacheco)