La mano de obra útil y barata graduada de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) que trabaja en empresas como Datys (empresa dependiente del Ministerio del Interior, que maneja proyectos en siete países, entre América Latina, África y Europa) es la que le garantizan al gobierno la entrada permanente de sumas millonarias de dinero.
Otra empresa que deja todas las ganacias al gobierno es DESOFT (de ella no se conocen detalles de operaciones) pero por ser propiedad del estado la lógica indica que todo el dinero que maneja va a parar a las arcas del único dueño.
Tres décadas atrás se vaticinaba que la industria sin humo que iba a dar oxígeno a la dictadura era el turismo, pero una vez que Castro se dio cuenta de la importancia de la tecnología y la informática para el futuro ordenó crear una cantera de expertos en ciencias informáticas que lo sacaran de importantes apuros económicos y lo ayudaran a ‘burlar el embargo de los EEUU’.
Nació la Universidad de Ciencas Infromáticas (UCI) en 2002. Ya es adulta y gradúa cada año un importante número de informáticos de donde se seleccionan los más ‘confiables’ para entrar en centros militares del MINFAR o a empresas estatales a producir softwares que luego el gobierno vende.
Informes de Cuba dicen que la producción de esas empresas va a parar a compradores de Latinoamérica.
Aunque no se sabe el precio de cada software es de suponer que la cifra se ajusta a los del mercado mundial.
La publicación venezolana El Nacional el pasado mes de julio dijo que esa cantidad representa –por ejemplo– un tercio de las ganancias que obtuvo Microsoft en todo el mundo por la venta del programa Windows en 2012.
Lo que ganó Cuba en 2011 y 2012 todavía no lo han publicado. No obstante los titulares de la propia prensa cubana son elocuentes si se tiene en cuenta que en 2011 Daisy Oropesa, la directora general de Albet, ingeniería y sistemas (empresa cubana, cuyo origen y desarrollo se vincula estrechamente a la Universidad de Ciencias Informáticas), declaró al diario oficialista Juventud Rebelde que la firma adscrita a la UCI facturaba más de 150 millones de dólares al año.
Según datos también reportados por la UCI entre 2004 y 2010, en presentaciones internacionales, Venezuela le pagó a la isla 783,5 millones de dólares por compras de softwares.
La página web de la UCI señala que España y Angola también compran softwares de la empresa Albet. Sin embargo Datys es un proveedor más internacionalizado. Su línea de producción está enfocada en el software para seguridad, registro de ciudadanos e interceptación de comunicaciones. También desarrollan programas para administración de empresas y hoteles que han sido adquiridos en Italia y México.
Publicado en lafronteratransparente octubre/2013