Al menos 14 personas, la mayoría jóvenes, murieron en Cuba el pasado diciembre, de acuerdo a la recopilación de Martí Noticias en redes sociales y medios de prensa independientes.
La inseguridad ciudadana, que las autoridades se empeñan en minimizar, es otro de los factores del desasosiego de los cubanos y parece continuar en ascenso, aun cuando no tienen carácter público las cifras oficiales más actuales sobre la criminalidad.
“Nosotros hemos identificado la violencia como el principal desafío que tiene el país de cara al futuro. No parece tener relación la violencia con la situación general, pero nosotros sí creemos que la degradación de las violencias institucionales, las violencias comunitarias, la violencia de género, y su degradación final en forma de violencia común en Cuba, tienen que ver justamente con todo lo que viene aconteciendo como implosión del sistema político cubano. Yo creo, incluso, cómo implosión del sistema de convivencia cubano, como lo conocimos, en el pasado o en el pasado más reciente, y eso es un problema muy serio”, indicó Manuel Cuesta Morúa, vicepresidente de DFrente y del Consejo para la Transición Democrática en Cuba (CTDC), dos coaliciones que promueven Shanti, una estrategia global contra la violencia en la Isla.
“Las cifras, cuando uno las compara por la cantidad de población, se alarma profundamente, porque el problema que estamos viendo es el enraizamiento de ese flagelo dentro de la sociedad cubana, y eso puede convertirse en un problema crónico que no nos prepara para nuestros desafíos”, dijo el analista.
Eugenio García, de 25 años, fue encontrado muerto el 28 de diciembre en el municipio holguinero de Mayarí, luego de dos días de haber sido reportado como desaparecido. La causa aparente del homicidio fue el robo.
Otro joven de 19 años, identificado en Facebook como Elochi Oddara fue asesinado el 28 de diciembre en una fiesta callejera en la ciudad de Santiago de Cuba, donde también murió asesinado, días antes, el adolescente de 16 años Drayan Enrique Cuevas Bueno.
Yosnel Benítez Estrada, de 19 años, y Yoelvis Yudiel Ávila Companioni, de entre 20 y 30 años, se apuñalaron mortalmente el 24 de diciembre, tras una discusión en el centro recreativo La Turbina, de Ciego de Ávila.
Ronaldo López Vera, de 20 años, fue acuchillado hasta morir, el 23 de diciembre, en la provincia de Guantánamo, en un presunto robo del teléfono celular.
Andrés de Jesús Peña Ricardo fue encontrado ahorcado en Camagüey el pasado 21 de diciembre. Su cuerpo tenía signos de violencia.
Rudy, un transformista que era conocido como “Blancanieves” en La Habana, fue asesinado en la semana del 15 de diciembre, supuestamente por su pareja.
César Alejandro, de 19 años, murió el 10 de diciembre en el quirófano luego de ser atacado con arma blanca por cinco jóvenes en una fiesta popular en Trinidad, Sacti Spíritus.
Damián Reyes Cordero, de 20 años, fue asesinado el 9 de diciembre en la ciudad de Santiago de Cuba, cuando intentó mediar en una pelea.
Jadier Fuentes, de 32 años, fue asesinado a machetazos el 9 de diciembre en el poblado de Indalla, en el municipio de Vertientes, en Camagüey.
El viernes 8 de diciembre fue quemado vivo Eduardo Enamorado Pérez, de 63 años de edad, en la finca en la que trabajaba de custodio, en Alquízar, Artemisa.
Yamany García, de 19 años, falleció en el hospital después de ser agredido el 3 de diciembre por dos personas armadas con machetes en Cárdenas, Matanzas.
El doctor Efrén Padrón fue asesinado el 3 de diciembre en su casa del municipio San Cristóbal, en Artemisa.
Por otra parte, los observatorios de género confirmaron 87 feminicidios en el último mes de 2023.
“Aunque parezca una paradoja, tiene que ver con la creciente emancipación de la mujer frente a un machismo que no ha evolucionado hacia tendencias más tolerantes en las relaciones de pareja. La emancipación de la mujer, la búsqueda de su propia felicidad más allá de los hombres o más allá del esposo, la facilidad con que ellas toman una determinación para romper un lazo familiar, se ha encontrado con un redoblamiento de la violencia machista, y esa paradoja ha generado un incremento de los feminicidios. Por eso es que la violencia que siempre ha existido, tiene también una dimensión nueva dentro de Cuba”, señaló Cuesta Morúa.
Las políticas de seguridad pública en Cuba han mostrado fallas de origen que explican las fronteras de su garantía y han resultado en el incremento de la violencia criminal y la inseguridad.
“Hay un grupo de causas que tienen que ver con el fenómeno de la violencia que, por cierto, hay un acrecentamiento cuantitativo que le ha dado una nueva dimensión al fenómeno, siempre presente en Cuba, como en cualquier otra sociedad. Pero ahora estamos en una nueva dimensión, y una de las características de esa nueva dimensión tiene que ver con una de las causas, que es la ruptura del lazo social comunitario en la sociedad cubana, lo que en otro lenguaje llamen ‘sálvese quien pueda’”, precisó el estudioso.
“Dentro de la comunidad hay otra causa que es socioeconómica, la intensificación y, al mismo tiempo, el afianzamiento de la desigualdad social en Cuba, ha generado también una violencia socioeconómica, en especial, en los sectores marginados de la sociedad cubana, que, desafortunadamente, coinciden con el color de la piel, con la raza”, recalcó.
También aumentó el número de personas desaparecidas, asesinadas para robarles un teléfono o los ajustes de cuentas entre pandilleros, generalmente jóvenes.
Cuesta Morúa destacó una tercera causa, que es la violencia promovida desde el Estado.
“El Estado debe ser el gran pacificador de una sociedad frente a los conflictos de la sociedad con el Estado, y los conflictos dentro de la misma sociedad. El mensaje que ha enviado el Estado es el de violencia, ya sea institucional, ya sea policial, y eso es una causa que genera un incremento también de la violencia”.
El 11 de julio de 2021, el gobernante Miguel Díaz-Canel, al conocer que estaban ocurriendo levantamientos en el país, se presentó en la Televisión Nacional con un discurso para enfrentar a cubanos contra cubanos: "La orden de combate está dada, a la calle los revolucionarios", exhortó.
En octubre, y tras haber negado varias veces la inseguridad pública, el Ministerio del Interior (MININT) anunció que iniciaría el “combate” contra la violencia y delincuencia que asola el territorio nacional.
De este modo, el órgano trataba de limpiar la cara de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), con un bajo nivel de estima y confiabilidad por parte de la población, según encuestas de organizaciones independientes.
El Índice de Paz Global de 2023, una medición internacional de los indicadores de violencia, publicó, a inicios de noviembre que Cuba ocupa el puesto 99 entre 163 países.
Las letras del año para 2024, de las dos grandes entidades religiosas afrocubanas, alertaron sobre la criminalidad galopante en la nación.
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