El inicio de los vuelos comerciales esta semana entre Cuba y Estados Unidos después de medio siglo será una dura prueba para algunos operadores turísticos y de envío de paquetes, que habían hecho de las limitaciones del tráfico aéreo su negocio.
Quienes podrían verse más afectados son las "mulas", que llevan a Cuba a precio muy bajo las encomiendas que recogen las agencias de envíos, dijeron fuentes del sector a la AFP en Miami.
Basta caminar por la Pequeña Habana o el centro de Miami para ver numerosas agencias de envíos que mandan paquetes por 5 a 10 dólares la libra.
Su negocio es enviar viajeros a Cuba con las encomiendas como parte de su equipaje, algo legal mientras se respeten los límites fijados por la aduana.
En los vuelos "charter", los únicos que había hasta ahora, "puedes llevar tres a cinco piezas de equipaje, incluyendo cajas con televisores, bicicletas, microondas, un parabrisas o un aire acondicionado de pared", dijo a la AFP el dueño de una agencia de envíos, que pidió el anonimato.
"En Cuba se necesita de todo. Esa es la gente que lleva las cosas que después te venden en las tiendas privadas, escondidas, que te ofrecen en los paladares o en el mercado paralelo que ha existido en Cuba de toda la vida".
Estados Unidos prohibía hasta esta semana los vuelos de aerolíneas comerciales en el marco del embargo contra la isla de hace más de medio siglo.
Los charters suplieron la demanda y permitieron a las "mulas" y agencias de envíos aprovechar la posibilidad de llevar equipajes pesados y heterodoxos.
"¿Has visto esos vuelos?", preguntó Frank González, dueño de la agencia de viajes Mambí Tours. "Eran prácticamente un negocio de carga".
Pero con la normalización de las relaciones entre ambos países, los charters tienen los días contados y las aerolíneas comerciales no aceptarán ese relajo en el equipaje.
El arribo de FedEx a Cuba a partir de 2017 también jugará un papel en el envío de productos básicos como comida, medicina y ropa.
"Todavía es prematuro para saber qué pasará con el 'comercio de maletas' entre Estados Unidos y Cuba", opinó Jorge Duany, director del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de Florida (FIU).
"Es posible que cambien los patrones de intercambio dentro de la llamada economía paralela", pero "el comercio continuará y quizás aumentará, independientemente de las regulaciones en ambos países, debido a la creciente demanda de todo tipo de bienes".
El miércoles, JetBlue enviará un vuelo inaugural a Santa Clara desde Fort Lauderdale, Florida, por 99 dólares el boleto. En adelante, habrá 110 vuelos diarios desde Estados Unidos a 10 destinos en Cuba.
Actualmente, hay una treintena de vuelos charter diarios a la isla. Por cerca de 25.000 dólares, el "charteador" alquila un avión operado por una aerolínea y vende los asientos de 300 a 500 dólares a través de las agencias de viajes.
No está claro aún cuáles serán los precios de los vuelos de aerolínea cuando cesen las ofertas promocionales.
Orlando Consuegra, dueño de Tocororo Travel, dice que asentarán entre 250 y 300 dólares debido a los altos impuestos de aterrizaje en Cuba.
Por eso uno de los principales "charteadores" en Estados Unidos, Cuba Travel Services (CTS), que opera 22 vuelos semanales, suspenderán sus vuelos comenzando por los que salen de Tampa, Florida.
"No estamos operando los charters todo el año como solíamos hacer; ahora las aerolíneas están ofreciendo precios muy bajos", dijo su gerente general, Michael Zuccato.
CTS se reconvertirá a agencia de viajes y asesorará a las aerolíneas en la documentación requerida para viajar a Cuba.
Los charteadores tienen sentido sólo si ofrecen paquetes turísticos, con hoteles y renta de autos, según Zuccato.
Ahora que los cubanos viajarán en aerolíneas, no se sabe si habrá suficiente demanda para los charters, pues "la mayoría de los pasajeros son cubano-estadounidenses que van a visitar a sus familias y ellos no necesitan este tipo de servicios", dijo Zuccato.
Pero si los vuelos comerciales son un golpe para los charteadores, las mulas y las agencias de envíos pueden ser una oportunidad para las agencias de viajes.
Los estadounidenses pueden viajar a la isla dentro de 12 categorías, entre las que no figura turismo. La más frecuente es el intercambio cultural, con paquetes que incluyen, por ejemplo, talleres de música.
Y el cubano "tiene que tener el pasaporte vigente, prorrogado y habilitado", dijo Consuegra.
"Las agencias de viajes lo tenemos un poco más fácil", explicó.
"Dependemos de muchas otras cosas, como la reserva de hoteles, la renta de autos, la organización de paquetes y circuitos. Podemos adaptarnos más rápido".