Un cubano detenido en noviembre pasado cerca de Atenas, a quien Cuba acusa de haber robado decenas de pinturas del Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba, quedó listo para ser extraditado a su país después de que una corte de apelaciones griega rechazara su alegato de que los cargos de robo de arte en su contra son infundados, y que es buscado por las autoridades cubanas debido a sus conexiones políticas.
Julio César Serrano Barreiro, de 37 años, fue detenido en Koropi, al sureste de Atenas, bajo sospecha de robar 71 piezas del almacén del Museo.
Había llegado a Grecia en marzo de 2014, poco después de que las autoridades cubanas confirmaran el robo. Dejó en Cuba a su esposa y dos hijos menores. Meses después solicitó y obtuvo asilo
En el momento del arresto, Serrano Barreiro trabajaba en una cadena de panaderías y vivía en la casa de una hermana.
En la mira
Según el diario griego Kathimerini, las autoridades locales empezaron a vigilarlo después que fueron alertadas de que un cubano andaba buscando artefactos antiguos para comprar.
Posteriormente llegó a las oficinas de Protección de Patrimonio y Antigüedades la Alerta Roja emitida por Interpol en respuesta a una orden de captura cursada por las autoridades cubanas. Veinte días después Serrano Barreiro fue detenido y la vivienda registrada, sin que se encontraran las obras reclamadas por Cuba.
Entre ellas, según un catálogo publicado por el Consejo Nacional del Patrimonio Cultural (CNPC), figuran lienzos de reconocidos pintores cubanos como Leopoldo Romañach, Víctor Manuel García, Eduardo Abela, Armando García Menocal y René Portocarrero.
Los 71 artículos en cuestión fueron robados del almacén del museo entre agosto y noviembre de 2013. Las pinturas se han valorado en un total de 575 millones de dólares.
¿Colaborador de un espía?
En una entrevista que concedió a Kathimerini desde la prisión de Korydallos, Serrano Barreiro negó el robo de obras de arte, y aseguró que era perseguido porque había trabajado en Cuba con un coronel de la contrainteligencia cubana que estaba encarcelado en Villa Marista por sospechas de ser agente doble para la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EE.UU.
El oficial, de quien no dio el nombre, habría trabajado en la misión de Cuba en Naciones Unidas. y como director de exportaciones de la empresa Farmacuba, perteneciente al grupo BioFarmaCuba. que está adscrito al Consejo de Estado.
Aseguró que a otros arrestados en relación con el robo de arte los obligaron a acusarlo a él y después los soltaron. Adujo que su vida correría peligro si fuera enviado de regreso a La Habana.
Sin embargo, esta semana los jueces griegos de la corte de apelaciones rechazaron sus argumentos y ahora podría ser extraditado a la isla..
La policia cubana asegura que Serrano Barreiro forzó la ventana del almacén por donde sacaron las piezas de arte, que tuvo contactos con potenciales compradores en La Habana antes de huir del país, y que se encontraron fotos de las piezas robadas en una computadora que usaron él y un cómplice.
Se enteraron desde Miami
Cuba confirmó en marzo del 2014 la sustracción de “un importante” grupo de piezas, en su mayoría obras de arte cubano, del edificio socio-administrativo ‘Antonio Rodríguez Morey’, usado para almacenamiento por la institución, y distribuyó una relación de las mismas para evitar su tráfico ilícito dentro y fuera del país.
Según el comunicado divulgado entonces por el Consejo Nacional del Patrimonio Cultural (CNPC), el acceso al local no fue violentado y no podía precisarse la fecha exacta en que tuvo lugar la sustracción ya que “los malhechores cortaron las obras, recolocando los marcos ordenadamente, por lo que a simple vista no se podía detectar”.
La primera información sobre el robo había trascendido en Miami, donde una galería compró por $15.000 una pintura del artista cubano del periodo de vanguardia Eduardo Abela (1889-1965), perteneciente al museo cubano, sin saber que había sido robada.
El coleccionista cubanoamericano Ramón Cernuda explicó que se comunicó con la subdirectora del Museo, Luz Merino, para pedirle confirmación sobre la pieza, y ella ratificó que se trataba del óleo “Carnaval infantil” de Abela, pero que se estaban enterando del hurto por su llamada.
El CNPC precisó que “la mayor parte de las obras sustraídas corresponden a arte cubano, al período conocido como cambio de siglo (tránsito entre la academia y la vanguardia) y especialmente a piezas realizadas por Leopoldo Romañach”.
El organismo publicó la relación total de obras con sus fichas técnicas y fotos, a fin de “alertar a museos, galerías, casas subastadoras y otros”.
El Consejo resaltó asimismo que las piezas “pueden estar a merced del tráfico ilícito a nivel nacional e internacional” y advirtió de que “cualquier información que se obtenga sobre las mismas podrá conducir a su recuperación”.