El judio ortodoxo Jason Greenblatt, uno de los principales ejecutivos de la Trump Organization, ha sido nombrado por el presidente electo Donald Trump, representante especial para negociaciones internacionales de su administración.
Greenblatt tendrá que lidiar en su nuevo cargo con asuntos espinosos de la política exterior, como la relación entre Estados Unidos y Cuba y las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos, entre otros.
El nombramiento de Greenbalt ha sido bien recibida por los partidarios del acercamiento a Cuba impulsado por el presidente Barack Obama, quienes tienen la esperanza de que los instintos de negocios del magnate neoyorquino pesen más que las promesas hechas principalmente a la línea dura de la comunidad cubanoamericana en el sur de la Florida, indicó un despacho de la empresa periodística McClatchy.
“Queremos asegurarnos de que cualquier cosa que se haga ―o no se haga― no afecte el sustento de la comunidad judía cubana”, dijo Marcos Kerbel, ex presidente de la Comunidad Hebreo Cubana en Miami.
El reportaje agregó que también los judíos cubanos en Miami ven la elección de Greenblatt como una señal esperanzadora, pues sería un aliado potencial que velará por la comunidad hebrea en la isla, reducida después de 50 años de gobierno comunista y restricciones a las libertades religiosas.
Las ideas políticas de Greenblatt son poco conocidas, ya que nunca ha ejercido un cargo público. En cambio, ha trabajado durante 20 años como negociador de la Organización Trump en bienes raíces. Trump lo ha calicado a Greenbalt como uno de sus “más cercanos y confiables consejeros”.
Durante la campaña presidencial Greenblat trabajó para el equipo de Trump como vicepresidente del Comité Asesor sobre Israel, de quien es un abierto partidario. Sin embargo, se desconocen sus puntos de vista sobre Cuba, de la cual no ha hablado públicamente, ni tampoco sus opiniones sobre la flexibilización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.
Sebastián Arcos, director asociado del Instituto Cubanos de Investigaciones, de la Universidad Internacional de la Florida, indicó que Greenbalt tiene más conocimientos sobre Israel, pero podría beneficiarse de la experiencia de otros consejeros cubanoamericanos en la Administración de Trump.
“Trump ha dicho un número de cosas que haría en el caso de Cuba, y hay muchos cubanos que esperan que revierta la nueva política hacia la isla, que consideran fallida. Trump dijo “la voy a arreglar” y ellos quieren ver cómo lo va a hacer”, señaló Arcos.
Para Jaime Suchlicki, judío que dirige el Centro de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos de la Universidad de Miami, la designación de un judío ortodoxo en esa posición, es una señal de que Trump va a revisar la política de Obama hacia Cuba.
“Es una señal de que Estados Unidos estará al lado de Israel y con los países que apoyan a Israel, y no con los países que se oponen a Israel”, afirmó Suchlicki.
(Con información de McClatchy.com)