Además de marcar el final del verano para los estadounidenses, el Día del Trabajo rinde homenaje a los logros sociales y económicos de los trabajadores estadounidenses el primer lunes (en inglés) de septiembre.
Desde que el Día del Trabajo (en inglés) fuera establecido como feriado nacional en 1894 por el presidente Grover Cleveland, la fuerza laboral estadounidense ha crecido más fuerte y más diversa.
Para conmemorar el 125 º aniversario del feriado, miramos en retrospectiva algunos de los momentos históricos clave que hacen que valga la pena celebrar el Día del Trabajo.
La mujer se posiciona
La mujer ha sido una fuerza impulsora para la reforma laboral desde el siglo XIX. En 1844, uno de los primeros sindicatos laborales de mujeres, Lowell Female Labor Reform Association (Asociación Lowell para la reforma laboral femenina) en Massachusetts, se unió para protestar por las largas horas que pasaban en las fábricas.
Poco después, el vecino estado de Nueva Hampshire se convirtió en el primero en aprobar una ley que estableció un máximo de diez horas al día para obreros tanto hombres como mujeres.
En la actualidad, aproximadamente 76 millones de mujeres forman parte de la fuerza laboral estadounidense. Las mujeres se desempeñan en muchas profesiones diferentes al igual que los hombres: desde doctoras e ingenieras hasta bomberas. Y este año, por primera vez, las mujeres conforman más de la mitad de la fuerza laboral con formación universitaria.
La diversidad hace que Estados Unidos sea más fuerte
Algunos de los primeros pasos para crear un lugar de trabajo más diverso fueron realizados por A. Phillip Randolph, un activista sindical afroestadounidense. Él, junto con otros, se manifestó en 1941 contra la falta de puestos de trabajo para los afroestadounidenses en el gobierno federal y en las industrias de defensa de Estados Unidos. Como resultado, el presidente Franklin D. Roosevelt firmó una orden ejecutiva que prohibió la discriminación racial en esos sectores.
Hoy en día la fuerza laboral estadounidense es más diversa que nunca. Eso se debe gracias, en parte, a las innumerables leyes laborales y protecciones al trabajador. Se proyecta que la cantidad de trabajadores afroestadounidenses y trabajadores estadounidenses de origen asiático e hispano siga aumentando constantemente durante los próximos diez años.
Todo este arduo trabajo está dando resultados: Estados Unidos está experimentando actualmente su tasa de desempleo más baja en 50 años.
“Con un continuo crecimiento positivo del empleo, un bajo nivel sostenido de desempleo y un aumento de los salarios reales, la economía sigue prosperando”, indicó la Casa Blanca en un comunicado de prensa (en inglés). Y puesto que la economía de Estados Unidos es la más grande del mundo, una economía estadounidense más sólida significa economías mundiales más fuertes, lo que beneficia a todos los países grandes y pequeños.
[Publicado originalmente por ShareAmerica]