Una dama de blanco se ha convertido en el azote de los burócratas que no quieren mover el cuerpo de sus butacas en La Habana y contra inspectores estatales y policías que se exceden en la fuerza contra algunos detenidos. Sus quejas y resultados los publica en su perfil de Facebook desde Cuba.
Se llama Rosario Morales La Rosa, pero la gente la conoce por “Charito”. Hace un año integró el “Movimiento Damas de Blanco Laura Pollán-Su legado”, remanente del grupo original de mujeres que marchan por las calles de la capital cubana.
Desde entonces Charito ha aparecido junto a Laura María Labrada (hija de Pollán) en llamativas sentadas en la vía pública para protestar y pedir la libertad de los presos políticos cubanos. También ha intervenido cuando inspectores estatales han tratado de imponer “multas injustas” a cuentapropistas, la detención y abuso a ciudadanos en la calle o la zona del Este habanero infectado de basura.
El domingo 12 de junio Charito subió fotos donde aparecía en medio de tachos de basura rebosados de desechos en la intersección de las calles 28, esquina K, de la Villa Panamericana.
Al día siguiente, habían recogido todo, ella volvió a hacer fotos con los recipientes ya vacíos y publicó el siguiente comentario: “… los esbirros van a tener que limpiar La Habana, ciudad maravilla”.
Vivir con la gente de a pie
Morales La Rosa estuvo en un incidente insólito. En agosto de 2015 junto a varias mujeres de su movimiento fue repudiada y una vecina de La Habana Vieja, además de ofenderlas verbalmente, les lanzó sancocho para puercos. Los vecinos se movilizaron, buscaron a “las fuerzas del orden”, arrestaron a la presunta autora del hecho que resultó ser una oficial de la PNR.
El vídeo de la detención a la mujer policía se lo hizo llegar “alguien que lo grabó con un teléfono”.
El pasado sábado 11 de junio Charito asistió a la joven madre Bárbara Manuela Hernández, residente en Reina y San Nicolás, Centro Habana. La mujer le avisó a Charito el día antes que iba a sacar todas sus cosas y se iba a sentar con sus dos niños en calle ante las malas condiciones del edificio en que vivía.
Rosario estuvo en la referida protesta, subió fotos y videos del hecho, acosada por la policía y ante las presiones de funcionarios del gobierno municipal. El lunes Bárbara Manuela fue reubicada en un edificio cercano.
Martí Noticias se comunicó con Morales La Rosa para verificar la autenticidad de las grabaciones, ésta la confirmó, pero aclaró que ya estaba lejos de ahí, en su barrio de la Villa Panamericana, donde la policía “escupió a un muchacho joven, lo han golpeado y yo estoy aquí reclamando por ese abuso”.
Una hora después, cuando el hombre fue liberado, Charito estaba fuera de la unidad policial, exigiendo la liberación del hombre al que apenas conocía.
Expulsada de Correos de Cuba
En junio de 2012 Morales abrió El Rincón de los Indignados, un puesto de venta que puso en su barrio de la Villa, en La Habana del Este. Entonces siguió con su vestido blanco, que identifica a las mujeres de su movimiento, pero lo hizo al margen de toda ley, para poder sobrevivir.
Ante las acusaciones de mercenarias con que ofenden y les gritan a las activistas de derechos humanos en Cuba, Morales La Rosa dijo en aquella ocasión a Martí Noticias: “Como nos llaman que somos asalariadas, que le servimos a los americanos, a mí nadie me mantiene de Estados Unidos pues yo no tengo familia allá… no le pago licencia a nadie, no le pago espacio a nadie”, afirmó.
En una entrevista para el programa Contacto Cuba, de Radio Martí, Rosario relató cómo se inició en la oposición al comunismo cubano, cuando trabajaba para la empresa Correos de Cuba.
“Era cartera, hasta que un día escuché a Radio Martí, a Laura (Pollán) y me incorporé como ‘dama de apoyo’ y vino todo: me dejaron sin empleo, a mi hijo lo llevaron a prisión 15 meses para que yo me apartara de mi activismo. Pero al contrario, eso es lo que me ha fortalecido, y me fortalece cada día más”, señaló Charito.
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