Grupos de manifestantes que apoyan al presidente Donald Trump se reunieron el miércoles frente a los capitolios estatales desde Georgia hasta Nuevo México, obligando a algunos funcionarios a evacuarlos, al tiempo que varias movilizaciones irrumpieron en vítores cuando una multitud favorable al mandatario entró a la fuerza en el Capitolio federal.
Centenares de personas reunidas en los capitolios estatales para oponerse a la victoria del presidente electo Joe Biden agitaban carteles que decían “Paren el robo” y “Cuatro años más”. La mayoría de ellas no utilizaba mascarillas en medio de la pandemia de coronavirus, y algunas portaban armas en lugares como Oklahoma, Georgia, Arizona, Nevada y el estado de Washington.
Hubo algunos enfrentamientos en estados como Ohio y California, y en ciertos casos periodistas y contramanifestantes fueron rociados con aerosol irritante, aunque la mayoría de las protestas fueron pacíficas y algunas bastante pequeñas. Se informó de pocos arrestos.
La policía de Nuevo México desalojó al personal como medida de precaución en el capitolio estatal que incluye la oficina del gobernador y la del secretario de Estado, poco después de que centenares de manifestantes que agitaban banderas llegaran en una caravana de vehículos y a caballo.
Los manifestantes cantaron “God Bless America”, hicieron sonar las bocinas de sus vehículos y anunciaron por un megáfono que Trump era el legítimo ganador de los comicios, aunque Biden se alzó con el triunfo electoral en Nuevo México por un margen de aproximadamente 11%.
“Es la primera vez en la historia de Estados Unidos que la transferencia pacífica del poder se ve ralentizada por un acto de violencia”, dijo el presidente de la Cámara de Representantes local, el demócrata Brian Egolf. “Es un momento vergonzoso, y confío en que el Congreso pueda recuperarse pronto”.
La noticia de que manifestantes habían irrumpido en el Capitolio federal causó aclamaciones de entusiasmo entre las protestas pro-Trump en Minnesota, Nevada y Arizona. En Phoenix, manifestantes armados marcharon al capitolio y varios hombres exhibieron una guillotina.
El secretario de Estado de Georgia, el republicano Brad Raffensperger, y su personal desalojaron sus oficinas en el capitolio cuando unos 100 manifestantes se congregaron en el exterior, algunos portando armas largas.
Raffensperger y su equipo decidieron retirarse, según Gabriel Sterling, un funcionario de alto rango en la oficina del primero. “Vimos cosas que sucedían en el capitolio de Georgia y dijimos: ‘no debemos andar aquí, no debemos ser una chispa’”, declaró Sterling a The Associated Press.
El gobernador republicano de Georgia, Brian Kemp, censuró la invasión del Capitolio federal, describiéndola como “una desgracia y, para decirlo con franqueza, antiestadounidense”.
Kemp señaló que estaba extendiendo una orden ejecutiva desde las protestas del verano, la cual activó a la Guardia Nacional en caso de que sea necesario proteger al capitolio estatal el lunes cuando comience la sesión legislativa.
En el estado de Washington, los manifestantes irrumpieron por un acceso en la mansión del gobernador y docenas de personas permanecieron en el césped unos 30 minutos antes de que fueran desalojadas. La muchedumbre, en la que muchas personas estaban armadas, reiteró de manera infundada las acusaciones de que hubo fraude electoral. La Patrulla Estatal dijo que el gobernador Jay Inslee “y su familia se encuentran en un lugar seguro”.
En Utah, el personal del gobernador Spencer Cox fue enviado a casa cuando centenares de personas se reunieron en Salt Lake City, tuiteó la vicegobernadora Deidre Henderson.
Al menos una persona fue arrestada en el capitolio de Oregon en Salem por presunto hostigamiento y alteración del orden público mientras policías con equipo antidisturbios intentaban conseguir que se retiraran los inconformes, muchos de los cuales estaban armados.
En Topeka, Kansas, los coros de “Paren el robo” y “no más mascarillas” se fueron apagando a medida que terminaba la protesta. Simpatizantes de Trump ingresaron pacíficamente al capitolio estatal por los puestos de control y recorrieron exhibiciones históricas.
En Honolulu, Hawai, unos 100 manifestantes hicieron una fila en un camino afuera del capitolio estatal, donde ondearon banderas estadounidenses y otras alusivas a la campaña de Trump al paso de los vehículos. Sheryl Bieler, una jubilada en este estado que ganaron los demócratas, dijo que vino a “apoyar a nuestro presidente y la integridad de las elecciones”.
Simpatizantes de Trump circularon durante varias horas mientras hacían sonar sus bocinas alrededor del capitolio en Madison, Wisconsin, en coches y camionetas que tenían las banderas estadounidenses y alusivas a Trump.
En Colorado, el alcalde de Denver, Michael Hancock, ordenó a las agencias de la ciudad cerrar edificios cuando centenares de personas se reunieron frente al capitolio para protestar contra los resultados electorales.
Y en Carolina del Sur, manifestantes pro-Trump acudieron al capitolio pero se retiraron antes de la irrupción en el Capitolio federal.