El activista José Antonio Pompa López continúa recluido en el cuartel general de la Seguridad del Estado, conocido como Villa Marista, sin que aparentemente se hayan formulado los cargos en su contra.
“Pompa está bajo investigación, pero ni él ni nosotros sabemos de qué delitos lo acusan. Cuando trato de preguntar al instructor, nunca está”, dijo a Martí Noticias su esposa, Suarmi Hernández Vilar, quien pudo visitarlo este jueves.
Según explicó, trató de indagar con el guardia que custodiaba la visita, a un metro de donde sentaron a su marido, y este le respondió que él no sabía del caso.
Su esposo logró decirle que supuestamente un opositor, detenido también en Villa Marista, aseguró que él "le había dado proclamas y un teléfono".
Pompa López fue arrestado el pasado 26 de abril en La Habana Vieja, tras dejar a uno de sus hijos en la escuela. Tras la detención, efectivos del Ministerio del Interior (MININT) realizaron un registro en su vivienda e incautaron dispositivos electrónicos, entre otros bienes.
En esos días, Hernández Vilar comentó al medio Cubanet que en el registro estaban buscando pruebas de la filiación de Pompa al movimiento radicado en Miami, Cuba Primero, "pero él ya se había quitado de eso".
“Está flaco. Lo cambiaron de celda y dice que está peor porque los mosquitos se lo comen vivo y el sol le da todo el día”, apuntó la mujer.
En 2016, José Antonio Pompa López fue sancionado a dos años y seis meses de cárcel por protagonizar una protesta frente al Capitolio de la Habana. En 2019, volvió a ser sancionado a un año de prisión por el cargo de Desórdenes públicos.
A inicios de 2024, el opositor, miembro del partido Cuba Independiente y Democrática, colgó un cartel en el balcón de su vivienda tras ser despedido de su empleo: “SOS. Mis hijos se mueren de hambre”, escribió.
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