“La deportación parece inminente”, dijo este viernes con voz temblorosa el mayor Ortelio Abrahantes desde el centro de detención de Carmichael Rd, en Nassau, Bahamas.
“Ya le llenaron los papales a otros dos cubanos que están aquí. Se los llevan en las próximas horas, según dijeron los guardias”.
En Miami, el abogado David Alvarez, continúa haciendo gestiones ante diferentes organismos para que no suceda lo que su cliente, Ortelio Abrahantes, asegura que es lo peor.
“Me he comunicado con la representación en Washington de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados a fin de que se pronuncie sobre este caso, pues Abrahantes tiene un expediente abierto en esa entidad”, señaló el letrado que acaba de regresar de Nassau, y que aunque no pudo visitar al militar en Carmichael, mantuvo reuniones con personas “muy influyentes” en Bahamas.
Además, indicó que junto a un colega bahamés elabora una moción para presentar ante un juez y que por orden judicial, se detenga el proceso de deportación de su representado.
Hace poco más de dos semanas, una representante de ACNUR visitó Carmichael y entrevistó a Abrahantes.
“Le explique que era un militar frustrado, que después de 14 años en el órgano de orden interior se cansó y se dio cuenta de que trabajaba para un régimen opresor, y que si era deportado, me iban a enjuiciar por traición, delito tipificado con la pena de muerte.”
Abrahantes escapó en un velero el 24 de marzo pasado desde la cayería al norte de Ciego de Ávila.
Fue interceptado por la Guardia Costera de EE.UU el 24 de ese mismo mes y trasladado a Bahamas, tres días después.
Un blog oficioso informó que Abrahantes “nunca será asesinado en caso de retornar a Cuba, pero si enjuiciado por varios delitos, entre ellos el de secuestro de una embarcación…”
En su escrito, el autor, más de una vez, emplea la palabra traición.