El destierro del excandidato presidencial Edmundo González Urrutia para asilarse en España es “un duro golpe” para las aspiraciones de la oposición en Venezuela de iniciar una transición democrática a partir de enero del próximo año, de acuerdo con un grupo de expertos consultados.
González Urrutia, un diplomático retirado cuya coalición partidista dice haber derrotado al presidente Nicolás Maduro en la elección del 28 de julio pasado con 37 puntos de ventaja, llegó este domingo a Madrid, España, en un avión de las fuerzas aéreas de ese país.
El dirigente político, directivo de la Mesa de la Unidad Democrática, de 75 años, no había aparecido en público en su país desde el 30 de julio, entre denuncias de presunto fraude electoral del chavismo y reportes de represión contra activistas y líderes opositores.
Según el gobierno español, se le concederá asilo a González Urrutia, quien se encontraba refugiado en la embajada de los Países Bajos en Caracas después de semanas de acusaciones políticas y penales en su contra por parte de voceros del chavismo y del fiscal general, también exgobernador y exdiputado del oficialismo, Tarek William Saab.
Su exilio “no favorece” la transición democrática a la que aspiran la oposición y buena parte de la comunidad internacional, entre ella Estados Unidos, según Benjamin Gedan, director del programa para Latinoamérica del centro de pensamiento The Wilson Center.
Su salida del país “es comprensible” dada la persecución política que enfrentaba, si bien su exilio "no favorece una transición democrática”, opinó el investigador del centro de pensamiento, con sede en Washington.
“El exilio de tantos miembros de la oposición forma parte de la estrategia represiva del régimen”, acotó en comentarios compartidos a la VOA.
“Obviamente, este no es el resultado que Estados Unidos esperaba, ni el que los venezolanos merecen”, complementa.
Gedan, sin embargo, apuntó que la oposición “todavía cuenta con líderes fuertes” que permanecen en Venezuela, como Machado, además “con un amplio respaldo de la sociedad”.
Como antes y después de las elecciones, los focos de atención siguen apuntando a María Corina Machado, ganadora de la primaria opositora, pero a quien se le impidió inscribirse como candidata presidencial por una inhabilitación institucional por 15 años.
Machado ha sido la principal vocera de la oposición en el marco de estas elecciones, junto a González Urrutia. “Ante esta brutal realidad, es necesario para nuestra causa preservar su libertad, su integridad y su vida”, escribió este domingo la dirigente del movimiento Vente Venezuela sobre el exilio del excandidato, a quien identificó en su mensaje como “presidente electo”.
Ahora, ¿el gobierno irá por Machado?
El destierro del líder opositor termina siendo “un duro golpe” a los esfuerzos del antichavismo por avanzar en las negociaciones para una transición en Venezuela, opinó, por su lado, el analista sénior del centro de pensamiento The Atlantic Council, Geoff Ramsey.
“Maduro está haciendo un gesto obsceno a los estadounidenses y demostrando que está dispuesto a hacer lo que sea necesario para mantener su control del poder”, dijo Ramsey en conversación con la VOA.
El especialista, quien forma parte de la iniciativa Arsht sobre asuntos latinoamericanos y del Caribe de The Atlantic Council, se pregunta si el gobierno venezolano perseguirá directamente a Machado o “si se contentará con perseguir a sus principales asesores por ahora”.
Varios miembros del círculo de confianza de Machado y del liderazgo opositor que acompañó a González Urrutia en su candidatura presidencial, como Williams Dávila, Perkins Rocha y Biagio Pilieri, fueron detenidos por fuerzas de seguridad del Estado venezolano luego de la votación.
¿Existe alguna ganancia política?
Si fuese posible identificar un punto positivo para la oposición en cuanto al exilio de González Urrutia, sería que el antichavismo gana “un vocero con credibilidad” que podrá movilizarse y declarar con libertad a todo el mundo sobre la realidad política de Venezuela, estimó, por su parte, la politóloga y profesora universitaria María Alexandra Semprún.
Su exilio aumenta la percepción en todo el planeta de “la naturaleza dictatorial y tiránica” del gobierno de Maduro, valoró.
“Ganó en preservar la integridad personal de González Urrutia”, comentó en conversación con la Voz de América.
Sin embargo, lo negativo de su destierro pasa por la desmoralización de la oposición y la pérdida de esperanza para cientos de miles de venezolanos, que, según Semprún, “pueden sentirse derrotados al pensar que ya no hay nada que hacer” y que el gobierno. madurista “puede ejercer su tiranía hasta el punto de dominar a quien venció”.
Pablo Andrés Quintero, politólogo venezolano, coincidió con Ramsey en que el exilio del excandidato representa “un duro golpe” para la propuesta de cambio político y particularmente en las expectativas sobre la figura de González Urrutia.
“Estando en el exilio, va a ser mucho más difícil materializar la propuesta de juramentación el 10 de enero”, señaló Quintero, anticipando que las convocatorias de protestas de calle de la oposición “se van a desinflar” y muestras de solidaridad de gobiernos foráneos.
“Quien gana en esto es el gobierno, pues fortalece su posición interna, asumiendo el costo político de tener en el exilio a un excandidato presidencial”, pero con “una capacidad enorme” de ejecución de sus estrategias para mantenerse en el poder, advirtió.
El oficialismo se muestra “mucho más cohesionado y organizado”, sin evidencias de que esté próximo a ocurrir un quiebre interno, como espera la oposición, dijo.
Crece el riesgo de una "implosión" opositora
A su juicio, la oposición que reside en Venezuela pierde un actor político moderado, que congregaba a los políticos cercanos a Machado y aquellos congregados en el llamado G4, un grupo de 4 partidos con mayor votación en las elecciones parlamentarias de 2015.
Quintero dijo prever una “implosión” en la oposición mediante el alejamiento de ciertas figuras de las propuestas de Machado. “No están planteadas ni de cerca las condiciones de una transición”, concluyó.
Según la Plataforma Unitaria, el exilio de su ex candidato es un movimiento “estratégico” para “preservar” la voluntad electoral expresada en julio, con él aún en libertad y en coordinación con Machado y los partidos opositores. Su objetivo, dijo, es “lograr que la verdad se imponga” y se juramente en enero.
Según el Consejo Nacional Electoral, Maduro fue reelecto con 6,4 millones de los votos, superando a González Urrutia, con 5,3 millones de papeletas a su favor. La oposición dice haber ganado con el 67 % de los votos.
Ramsey, por su parte, indicó que Estados Unidos encara “un serio aprieto” por el exilio de González Urrutia, a quien altos voceros de la Casa Blanca han identificado como el candidato que más votos recibió en la elección.
“Maduro tiene una historia probada de resistencia a las sanciones y también es un abusador serial del diálogo", señaló el analista de The Atlantic Council. "No está claro qué herramientas, si es que tiene alguna, tiene la Casa Blanca” para convencer a Maduro de entregar el poder a partir del 10 de enero", dijo.
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