Desde hace cinco décadas, Cuba no es un destino de turismo sexual para estadounidenses, pero sí para viajeros de Canadá, España y otros países europeos, asegura este viernes un artículo publicado por el diario ABC de España, sobre el incremento de la prostitución infantil en la isla.
El Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas a principios de este mes llamó la atención del Gobierno cubano sobre el tema, pidiéndole que establezca "un archivo para analizar y monitorear el impacto de la trata de personas en la venta y tráfico de menores con propósitos sexuales y de prostitución".
El Código Penal cubano no contempla directamente la prostitución infantil como un delito, sino que incluye el tema en la sección de Corrupción de Menores, entendiendo como menores a niños hasta los 16 años de edad.
La ONU recomendó al Gobierno de la isla que reajuste sus leyes en lo concerniente al turismo sexual y la pornografía infantil e incluya en ellas a menores que no han cumplido los 18 años de edad y no son contemplados en la actual legislación.
En su Informe sobre Tráfico Humano correspondiente a 2014, el Departamento de Estado de Estados Unidos ubica a Cuba en su nivel más bajo –aunque una revisión, en junio pasado, la elevaría al nivel 2– y señala que la isla "es un país de origen de adultos y niños víctimas de la trata sexual", asegurando que "la prostitución infantil y el turismo sexual infantil se producen dentro de Cuba".
Cuba se ha defendido de ambos señalamientos proclamando la "tolerancia cero" a la trata de personas y los flagelos asociados a esta como la explotación y el abuso sexual, y resaltando la cooperación con EEUU para la investigación de "un hecho de corrupción de menores" que involucró a un ciudadano de ese país entre 2002 y 2003. El informe oficial, dado a conocer este año, muestra cifras muy bajas de casos de proxenetismo, abuso sexual y extranjeros sancionados por corrupción de menores.
Aunque, según las autoridades de la isla, el Ministerio de Turismo aplica "medidas administrativas" para evitar el turismo sexual en sus instalaciones, el artículo de ABC muestra la otra cara de la moneda: "Basta pasearse por el Parque Céspedes, en Santiago de Cuba, para ver cómo menores de ambos sexos, sobre todo chicas, van a la caza del turista".
Tolerancia cero vs tolerancia social
El Gobierno proclama su "tolerancia cero", pero la tolerancia social crece al punto de que la mayoría de los cubanos consideran la prostitución como "casi normal". Así lo corroboran activistas de la sociedad civil entrevistados por Radio Martí.
El periodista independiente Iván García señala que el problema va más allá del turismo sexual: "No solo están tratando de conquistar a un extranjero, o prostituyéndose con un extranjero (…) también se prostituyen con cualquiera que tenga dinero en Cuba".
Dora Mesa, directora de ONG Asociación Cubana para el Desarrollo de la Educación Infantil contradice el reciente informe en Ginebra de la ministra de Justicia cubana María Esther Reus González, que afirma que la prostitución de menores en la isla solo afecta al 0.08% de la población infantil.
"Ella, lamentablemente, miente. En Cuba el problema de la prostitución infantil no se está resolviendo, porque lo primero que tienen que hacer es prevenirlo, y no lo hacen", señaló.
Mesa añadió que lo peor es que la sociedad cubana se ha vuelto muy tolerante, pasiva, ante un hecho gravísimo como la prostitución infantil.
La abogada independiente Laritza Diversent es enfática cuando responde a la reportera de ABC sobre el tema: "Basta sentarse en el lobby de un hotel para saber que esto ocurre".
Una figura legal conocida como "acoso al turista" busca la prevención de este flagelo en la isla. La policía lo aplica a discreción a adolescentes y jóvenes que cree están buscando prostituirse. El abogado Wilfredo Vallín opina que esta no es la forma correcta de enfrentar el mal.
"Creo que no se ha legislado en serio, o con mucha profundidad, sobre este tema. El hecho que una muchacha, o una persona joven, esté hablando contigo en el Malecón, no significa que tenga que haber ahí una relación de esa naturaleza", indicó.
Este año, más de 2.600.000 turistas llegaron a Cuba entre enero y septiembre, según cifras oficiales dadas a conocer por la Oficina Nacional de Estadísticas de la isla, lo que constituye un incremento del 18% comparado con igual período del año anterior. Con la normalización de relaciones con Estados Unidos y los convenios con países europeos y China, la isla espera incrementar considerablemente el número de visitantes para el 2016.