Buenos días. Quiero comenzar presentando las condolencias de los Estados Unidos a nuestros hermanos y hermanas en Argentina y Bélgica. Fueron algunas de las víctimas del ataque terrorista de ayer en la ciudad de Nueva York. Y mientras nuestros corazones están dolidos, nuestra determinación es firme. Golpeó a nuestra ciudad. Aquí es donde todos nos encontramos y trabajamos juntos. Pero siempre debemos ser lo bastante fuertes como para hacerles saber que el terrorismo no va a vencer. Si nos mantenemos unidos, derrotaremos al mal de una vez por todas. Pero muchas gracias por sus condolencias y el apoyo y todos los buenos deseos que nos han enviado. Ciertamente lo apreciamos.
Durante más de 55 años, el régimen cubano ha utilizado este debate en la Asamblea General de las Naciones Unidas como un objeto deslumbrante para distraer la atención mundial de la destrucción que ha infligido a su propio pueblo y a otros en el Hemisferio Occidental.
Incluso durante la crisis cubana de los misiles, cuando la dictadura de Castro permitió a la Unión Soviética instalar secretamente misiles nucleares en Cuba, el régimen cubano y sus aliados soviéticos afirmaban que la verdadera amenaza para la paz no eran los misiles dirigidos contra Estados Unidos. La verdadera amenaza, decían, era el descubrimiento de estos misiles por Estados Unidos. En aquel momento, el embajador estadounidense ante las Naciones Unidas, Adlai Stevenson, identificó el hábito del régimen cubano de acusar a cualquiera menos a sí mismo. Dijo Stevenson: "Esta es la primera vez ... que he escuchado decir que el crimen no está en el ladrón sino en descubrir al ladrón, y que la amenaza no son los misiles clandestinos en Cuba, sino su descubrimiento y las medidas limitadas adoptadas para poner en cuarentena una mayor infección".
Hoy, el crimen es la continua represión de su pueblo por parte del gobierno cubano y el incumplimiento de los requisitos mínimos de una sociedad libre y justa. Nuestra respuesta ha sido apoyar al pueblo cubano y su derecho a determinar su propio futuro. Por esto, cada año, el tiempo de esta Asamblea se desperdicia considerando esta resolución. Y Estados Unidos es blanco de todo tipo de acusaciones ridículas: cualquier cosa para desviar la atención del régimen que es realmente responsable del sufrimiento del pueblo cubano. Pero Estados Unidos no se dejará distraer. No perderemos de vista lo que se interpone entre el pueblo cubano y el futuro libre y democrático que es su derecho.
Por esa razón, y por vigésima vez en 26 años, los Estados Unidos votarán en contra de esta resolución.
Hace un año, los Estados Unidos se abstuvieron cuando se votó sobre la misma resolución. La razón que se adujo fue que la continuación del embargo no aislaba a Cuba, sino que de hecho aislaba a los Estados Unidos. Es cierto que nos habían dejado casi solos en oposición a esta resolución anual. Sin duda habrá algunos aquí que no entiendan cómo podemos adoptar posiciones tan opuestas, separadas por solo 12 meses. Se preguntarán cómo pudimos aceptar pasivamente esta resolución el año pasado y oponernos enérgicamente este año.
Para aquellos que están confundidos acerca de cuál es la posición de Estados Unidos, permítanme ser clara: como es su derecho según nuestra constitución, el pueblo estadounidense ha hablado. Han elegido un nuevo presidente, y él ha elegido un nuevo embajador en las Naciones Unidas.
Mientras el pueblo cubano continúe siendo privado de sus derechos humanos y libertades fundamentales; mientras las ganancias del comercio con Cuba vayan a apuntalar al régimen dictatorial responsable de negar esos derechos, Estados Unidos no temerá quedar aislado en este foro ni en cualquier otro lugar. Nuestros principios no se someterán a votación. Están consagrados en nuestra Constitución. También están consagrados en la Carta de las Naciones Unidas. Mientras seamos miembros de las Naciones Unidas, defenderemos el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales que los Estados miembros de este órgano se han comprometido a proteger, incluso si tenemos que hacerlo nosotros solos.
La resolución que tenemos ante nosotros apunta a poner fin al "embargo económico, comercial y financiero" de Estados Unidos contra Cuba. Pero seamos sinceros sobre lo que realmente estamos viendo ocurrir aquí. Esta asamblea no tiene potestad para poner fin al embargo de Estados Unidos. Este se basa en las leyes de los Estados Unidos., que solo el Congreso de los Estados Unidos puede cambiar. No, lo que la Asamblea General está haciendo hoy, lo que hace cada año en esta época, es teatro político.
El régimen cubano está enviando al mundo el mensaje deformado de que el triste estado de su economía, la opresión de su gente y la exportación de su destructiva ideología no son culpa suya.
En el espíritu de enviar mensajes quisiera dirigir el resto de mis comentarios al pueblo de Cuba. El pueblo de los Estados Unidos respalda con firmeza sus sueños de vivir en un país donde puedan expresarse libremente, donde tengan acceso sin censura a la internet, donde puedan proveer a sus familias de lo necesario y donde puedan elegir a sus líderes.
Sabemos que muchos de ustedes se han sentido esperanzados por la apertura de relaciones diplomáticas entre los Estados Unidos y Cuba. Eso no está cambiando. Nuestra amistad y buena voluntad hacia el pueblo cubano siguen siendo tan firmes como siempre.
Lo que probablemente no saben es que su gobierno respondió a este gesto de buena voluntad, no sumándose al espíritu con que se le ofreció, sino incrementando las detenciones, el acoso y la violencia por motivos políticos contra quienes abogan por libertad política y económica en Cuba. Lo que no pueden saber, porque su gobierno no se lo hará saber, es que hubo informes creíbles acerca de casi 10.000 detenciones por motivos políticos en Cuba solo en 2016. Es un aumento masivo de las detenciones en los últimos años. Esperábamos que la mano tendida a su gobierno sería reciprocada con una mayor libertad para ustedes.
Su gobierno silencia a sus críticos. Disuelve las reuniones pacíficas. Censura a los periodistas independientes y manipula la economía para que solo el gobierno se beneficie.
Su gobierno ha exportado su ideología destructiva y en bancarrota a Venezuela. Le ha enseñado al régimen de Maduro cómo silenciar a los periodistas, reprimir a la oposición política y empobrecer a su gente. Ahora, millones de venezolanos se suman a ustedes como víctimas de la negación de sus derechos básicos.
Mientras hablamos aquí hoy, su gobierno está ocupado eligiendo al sucesor de la dictadura de Castro. Está intentando engañarles para que crean que tienen una voz al celebrar elecciones locales y regionales. Pero el proceso en el que están involucrados no es la libertad. Los resultados fueron determinados antes de que se depositara el primer voto.
Cuando Estados Unidos se abstuvo al votarse esta resolución el año pasado, su decisión fue explicada diciendo: "Reconocemos que el futuro de la isla está en manos del pueblo cubano". Hay una crueldad disimulada en ese comentario por la cual me disculpo profundamente. Lamentablemente, a partir de hoy, el futuro de Cuba no está en sus manos. Permanece en las manos de sus dictadores.
Los Estados Unidos se oponen hoy a esta resolución en solidaridad continua con el pueblo cubano y con la esperanza de que un día sean libres de elegir su propio destino.
Podremos estar solos hoy. Pero cuando llegue el día de la libertad para el pueblo cubano, y va a llegar, nos regocijaremos con ellos como solo pueden hacerlo los pueblos libres.
Gracias.