El canciller cubano Bruno Rodríguez dijo el viernes que sería “lamentable” que se politizaran los misteriosos problemas de salud que han sufrido miembros del personal diplomático estadounidense en La Habana y destacó que todavía no se conoce el origen de esos trastornos.
El Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba habló ante la Asamblea General de Naciones Unidas al mediodía del viernes, con un hemiciclo semivacío. Su discurso se extendió más de lo estimado, provocando la activación de una luz roja que indica al orador que su turno finalizó.
En su extensa alocución, Rodríguez reiteró que La Habana no cuenta con “evidencia alguna” que confirme las causas ni el origen de las afecciones a la salud reportadas por los funcionarios estadounidenses, canadienses y sus familiares.
“La investigación para esclarecer este asunto sigue en curso y para llevarla a término será esencial la efectiva cooperación de las autoridades estadounidenses”, afirmó el canciller.
"Sería lamentable que se politice un asunto de la naturaleza descrita”, expresó el jefe de la diplomacia cubana en la misma semana en que el secretario de Estado de EEUU reconociera que su gobierno sopesa cerrar la embajada en Cuba debido a este asunto.
"Lo tenemos bajo estudio", afirmó Rex Tillerson en declaraciones al programa "Face the Nation" de la cadena CBS donde agregó que "es un tema muy grave en el sentido del daño a la salud que ciertos individuos han sufrido. Hemos tenido que traer a casa a parte de ese grupo".
Desde finales del año pasado, al menos 21 miembros de la comunidad diplomática estadounidense en La Habana han presentado síntomas diversos, incluyendo daño cerebral, que se presume fueron causados por alguna clase de ataque sónico. El incidente más reciente fue en agosto.
Rodríguez reiteró el viernes que su país “no ha perpetrado ni perpetrará acciones de esta naturaleza; ni ha permitido ni permitirá que su territorio sea utilizado por terceros con ese propósito”.
En una reunión sobre cooperación judicial efectuada en Washington el martes, funcionarios cubanos dijeron que nunca se ha cometido ni se cometería o se permitiría que se cometieran lo que Tillerson ha descrito como “ataques contra la salud” de cualquier diplomático extranjero en su territorio.
“Cuba cumple rigurosamente sus obligaciones en lo que se refiere a la protección de los diplomáticos”, dijo la embajada de Cuba en Washington a través de un comunicado.
El actual canciller cubano se desempeñó como representante de la isla en la ONU entre 1995 y 2003, donde expuso los argumentos del gobierno sobre el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate y protestó porque el nombre de la organización fue elegido para identificar una calle próxima a la representación cubana en Nueva York.
[Con información de agencias]