Largas caminatas por zonas selváticas, atravesando terrenos desconocidos, peligrosas travesías en precarias balsas, siempre a las sombras de la noche; en manos de coyotes, narcotraficantes y policías corruptos, son algunas de las experiencias que narran a Martí Noticias dos de los más de 1.000 cubanos que se agolpan en la Aduana de Paso Canoas, punto fronterizo entre Panamá y Costa Rica.
Ignacio Rosales Aparicio, vecino de Bayamo, en la provincia oriental de Granma, dijo a Adriel Reyes, reportero de Radio Martí, que los cubanos que viajan a Ecuador para hacer el trayecto que ellos han hecho, con la mira puesta en Estados Unidos, tienen que reunir miles de dólares, y que la mayoría lo han vendido todo, y no tienen regreso.
Rosales dijo que él tuvo que atravesar Colombia "por montes y muchas veces lo amenazaron, nos querían deportar, nos quitaron mucho dinero la policía".
Agregó que lo único que quiere es seguir su camino, al igual que el resto de los cubanos "aquí, (en Pasoa Canoas) mucha gente llevan quince días tiraos y sin alimento, y con niños chiquitos y mujeres embarazadas, y bueno lo que hace falta es que todo salga bien, pero hemos pasado mucho trabajo".
Rosales asegura haber escuchado noticias de una lancha que se viró frente a las costas de Colombia "iban bastantes ciudadanos cubanos ahí, se viró y son muertos lo que se reportan, muchos muertos¨.
El cruce por la frontera marítima de Colombia, fue traumático para el cubano Jorge Luis Vento Pérez, vecino de Matanzas, y para el grupo de cubanos que lo acompaño en esa travesía.
Según Vento ellos hicieron por mar, el cruce de Ecuador a Colombia, que habitualmente se realiza entre tres y cuatro de la madrugada , para llegar "con los primeros claros a la frontera con Colombia".
"A nosotros nos pasó diferente, tuvimos que salir a las doce de la noche y tuvimos un problema con el cambio de lancha y el hombre nos tuvo que tirar prácticamente al mar.
Esteban Matos, periodista del diario La Nación, contó a Reyes algunas de las narraciones que ha escuchado de los cubanos que ha podido entrevistar en el paso fronterizo con Panamá.
Matos dice que muchos de los cubanos han llegado hasta Costa Rica, casi sin dinero, para continuar el viaje hacia Estados Unidos.
"Lo que se está dando aquí ahora es que los costarricense que le están prestando a esos cubanos sus números de cédula de identidad y de sus cuentas bancarias para que, por un cobro de un siete por ciento, puedan recibarn dinero de sus familiares de Estados Unidos", afirmó.
Mientras espera con impaciencia que las autoridades de Costa Rica, autoricen su paso hacia Nicaragua, Rosales piensa en las fronteras de los tres países que todavía tiene que atravesar hasta llegar a Estados Unidos. Él ya está en el camino, pero asegura que es un recorrido que no volvería a intentar.