El principal diario de Costa Rica La Nación publicó esta semana un editorial donde critica la actitud del gobierno cubano al impedir la entrada a Cuba de reconocidas personalidades de Latinoamérica para participar en la ceremonia de entrega del Premio Oswaldo Payá, organizado por la plataforma opositora Cuba Decide.
Al impedir la entrada a la isla al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, a la exministra chilena Mariana Aylwin y al expresidente mexicano, Felipe Calderón "la dictadura de Raúl Castro reveló, nuevamente, de forma tan torpe como indefendible, la naturaleza totalitaria del régimen y su determinación de poner el control, la intransigencia y la exclusión por encima, incluso, de cualquier asomo de buenas formas diplomáticas".
"El régimen se negó a conceder visas a Almagro, Aylwin y Calderón, contra quienes también formuló fuertes ataques, entre ellos, que participarían en “actividades anticubanas”. Es decir, para la cúpula del poder castrista, el grupúsculo que la domina es el único que puede hablar en nombre del pueblo, aunque nadie le haya concedido libremente esa autoridad. Peor aún, esta representación asumida implica decidir qué es cubano y qué no, y da licencia para conculcar los derechos de la población e, incluso, impedir que políticos democráticos del continente (uno, Almagro, excanciller del izquierdista Frente Amplio de Uruguay) visiten la Isla", criticó el diario.
El editorial titulado Crudo mensaje totalitario valora que "como resultado de la intransigencia del castrismo y la claridad democrática del secretario general de la OEA, Almagro salió fortalecido y Raúl Castro, expuesto y disminuido. El movimiento Cuba Decide fue enaltecido como una opción a la que el régimen teme por el simple hecho de utilizar un mecanismo previsto por la propia Constitución".
El diario tico lamenta que "desgraciadamente, en el medio quedan atrapados los cubanos, a quienes, en última instancia, se dirigió el mensaje implícito emanado desde la cúpula castrista: quien pretenda traspasar sus estrechos límites de tolerancia será rechazado y ahogado sin contemplaciones. Es decir, la lógica del control absoluto, para un aparato de poder totalitario, prevalece sobre cualquier otra consideración, llámese esta apertura económica o permiso para que un grupo independiente premie a personalidades extranjeras como Almagro (peor aún si son cubanas) por su apoyo a la democracia. Es un mensaje tan inaceptable como revelador".
[Basado en editorial de La Nación de Costa Rica]