Las fuerzas estadounidenses que están ayudando a evacuar a los afganos desesperados por huir del régimen talibán estaban en alerta por más ataques el viernes, después de que un atentado de Estado Islámico (EI) provocó la muerte de 92 personas, incluidos 13 estadounidenses, al exterior del aeropuerto de Kabul.
El general Frank McKenzie, jefe del Comando Central de Estados Unidos, dijo que sus comandantes están atentos a posibles nuevos ataques del EI, que podrían perpetrarse con cohetes o coches bomba contra el aeropuerto.
uno de sus terroristas suicidas tenía como objetivo "traductores y colaboradores del ejército estadounidense"..
"Estamos haciendo todo lo posible para estar preparados", afirmó, agregando que se estaba compartiendo información de inteligencia con los talibanes y que él creía que "algunos ataques han sido frustrados por ellos".
La masacre del jueves tuvo lugar en un área donde miles de personas se habían reunido para intentar ingresar al aeropuerto y tomar vuelos de evacuación desde que los talibanes tomaron el control del país el 15 de agosto.
Las fuerzas estadounidenses y aliadas se apresuran a completar las evacuaciones de sus ciudadanos y afganos vulnerables y para retirarse de Afganistán antes de la fecha límite del 31 de agosto establecida por el presidente Joe Biden.
La mayoría de los más de 20 países aliados implicados en la salida de afganos y de sus propios ciudadanos de Kabul dijo que completó sus evacuaciones el viernes.
Reino Unido afirmó que está en las etapas finales, mientras que Estados Unidos indicó que seguirá sacando gente hasta el martes, pero dará prioridad a la retirada de sus tropas y su equipo militar en el último par de días.
EI, enemigo de los talibanes y de Occidente, declaró que uno de sus terroristas suicidas tenía como objetivo "traductores y colaboradores del ejército estadounidense".
Todos están preocupados en este momento en Kabul, nadie sabe qué esperar en las próximas horas", dijo Rossella Miccio, presidenta del grupo humanitario italiano que dirige el hospital.
El Pentágono confirmó el viernes que el ataque fue perpetrado por un atentado suicida, y no dos, como se pensaba en un principio.
El ataque resalta el escenario político que enfrentan las potencias occidentales en Afganistán: comprometerse con los talibanes puede ser su mejor oportunidad para evitar que el país se convierta en caldo de cultivo para la militancia islamista.
El número de afganos muertos se elevó a 79, dijo un funcionario hospitalario a Reuters el viernes, con más de 120 heridos. Un funcionario talibán indicó que entre los fallecidos había 28 talibanes, aunque un portavoz negó más tarde que alguno de sus combatientes que custodiaban el perímetro del aeropuerto hubiera muerto.
No estaba claro si hombres armados del EI estuvieron implicados en el ataque o si los tiros que siguieron a la explosión fueron de guardias talibanes disparando al aire para controlar a las multitudes.
El presionado personal médico en los tres centros de operaciones del Hospital de Emergencias de Kabul trabajó durante la noche para tratar a los heridos.
"Todos están preocupados en este momento en Kabul, nadie sabe qué esperar en las próximas horas", dijo Rossella Miccio, presidenta del grupo humanitario italiano que dirige el hospital.
Sigue la evacuación
Guardias talibanes bloqueaban el acceso al aeropuerto el viernes, dijeron testigos. "Teníamos un vuelo, pero la situación es muy difícil y las carreteras están bloqueadas", relató un hombre en una autopista de acceso al aeropuerto.
Otras 12.500 personas fueron evacuadas de Afganistán el jueves, elevando a 105.000 el total de extraídos por vía aérea al exterior por las fuerzas de países occidentales desde que los talibanes tomaron el poder el 14 de agosto, informó el viernes la Casa Blanca.
Francia mantuvo conversaciones con representantes talibanes en días recientes en Kabul y en Doha para facilitar las evacuaciones, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores el viernes.
Estados Unidos seguirá adelante con las evacuaciones pese a la amenaza de más ataques, dijo McKenzie, destacando que quedan aún unos 1.000 ciudadanos estadounidenses en Afganistán.
"Cuando nos vayamos, la narrativa de ciertos grupos como EI será que han expulsado a Estados Unidos o a Reino Unido", dijo Wallace a Sky News
El ritmo de los vuelos se aceleró el viernes y los que tenían pasaportes estadounidenses lograron entrar al complejo aeroportuario, según un funcionario de seguridad occidental en el lugar.
El secretario de Defensa británico, Ben Wallace, dijo que la amenaza de ataques aumentará a medida que las tropas occidentales estén cerca de completar su salida.
"Cuando nos vayamos, la narrativa de ciertos grupos como EI será que han expulsado a Estados Unidos o a Reino Unido", dijo Wallace a Sky News. También prometió actuar contra EI dondequiera que se manifieste.
Hasta medio millón de afganos podría haber huido del país para fines de año, dijo el viernes la ACNUR, la agencia para los refugiados de la ONU, al tiempo que pidió a todos los países vecinos que mantengan abiertas sus fronteras para los que busquen seguridad.
También hay un temor creciente a que la población se enfrente a una emergencia humanitaria con la propagación del coronavirus y la escasez de alimentos y suministros médicos que se avecina.
Los suministros médicos se agotarán en unos días en Afganistán, dijo el viernes la Organización Mundial de la Salud, y agregó que espera establecer un puente aéreo hacia la ciudad norteña de Mazar-i-Sharif con la ayuda de Pakistán.