El Departamento de Estado no negó ni confirmó este lunes que Estados Unidos vaya a cambiar su posición con respecto a Cuba, como normalmente lo hace, cuando en las próximas semanas la Asamblea General de la ONU someta a votación la demanda para el levantamiento del embargo a la isla.
“Haremos lo mismo que hacemos con todas las resoluciones, vamos a examinar cuidadosamente la propuesta de resolución, una vez que se haya presentado. No sería apropiado para mí prejuzgar esta resolución antes de que se haya presentado”, dijo John Kirby, portavoz del Departamento de Estado en conferencia de prensa.
Kirby destacó que el gobierno de Cuba ha presentado anualmente la resolución en la Asamblea General de la ONU condenando el embargo contra Cuba, y recordó que en diciembre pasado, el presidente Obama anunció que los Estados Unidos comenzaría a normalizar su relación con el gobierno cubano y pidió al Congreso tomar medidas para levantar el embargo.
Por su parte la Casa Blanca indicó también hoy que aún no ha tomado una decisión sobre cómo votar en la resolución que la Asamblea General de la ONU aprueba cada año para pedir el fin del embargo contra Cuba.
"Aún no se ha terminado de redactar el texto de la resolución, así que no puedo especular sobre la posición que tomaría la Administración", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, en su conferencia de prensa diaria.
"Obviamente, desde la última vez que la ONU pudo considerar una resolución como ésta, la política de Estados Unidos ha cambiado.
Pero el embargo sigue en pie, y se necesita acción del Congreso para eliminarlo, algo que el presidente (Obama) ha pedido", añadió.
Año tras año, Estados Unidos ha votado en contra de la resolución en la que la Asamblea General le pide poner fin al embargo económico, comercial y financiero impuesto a la isla, y el año pasado emitió uno de los dos únicos votos negativos, junto al de Israel, frente a una abrumadora mayoría de 188 síes.
Si decidiera abstenerse este año, el Gobierno daría el inusual paso de dejar pasar sin ningún comentario una resolución crítica con sus propias leyes, algo muy poco habitual en Naciones Unidas.
El embargo quedó codificado como ley en 1996 mediante la legislación Helms-Burton, que estipula que las restricciones económicas deben mantenerse en vigor hasta que Cuba cumpla ciertas condiciones, entre ellas que la familia Castro abandone el poder.
Por tanto, el Congreso es el único que puede levantar por completo el embargo, y Obama ha pedido reiteradamente a ese órgano legislativo, controlado por la oposición republicana, que actúe para acabar con esa política.