En un año que tuvo como momento cumbre la celebración de los Juegos Olímpicos en París, los atletas cubanos registraron su peor actuación en estas citas en más de medio siglo, para confirmar el retroceso del otrora motor deportivo de Latinoamérica.
Cuba consiguió sólo nueve medallas en total, dos de oro, una de plata y seis de bronce, para terminar en el lugar 32 de la clasificación general, lejos del pronóstico de La Habana de incluirse entre los 20 primeros.
Es la posición más baja en el medallero desde los Juegos Olímpicos de Tokío, en 1964, cuando, con solamente una medalla de plata (Enrique Figuerola en 100 metros planos), la isla quedó en el puesto 30.
Hace 56 años, en México' 68, los deportistas de la Mayor de Las Antillas consiguieron cuatro medallas de plata con los boxeadores Enrique Regüeiferos y Rolando Garbey, así como los relevos 4x100 en ambos sexos, para el sitial 31.
Y en Munich' 72, Cuba ganó ocho preseas, tres de ellas de oro en el boxeo (Orlando Martínez, Emilio Correa y Teófilo Stevenson), una plata y cuatro bronces, para el decimocuarto escaño del medallero.
Los resultados del 2024 son el reflejo de una sociedad en crisis y con gran parte de su población en éxodo masivo, aunque la prensa oficialista solo resalte unos triunfos cada más escasos.
Sin dudas, la actuación más sobresaliente de la representación cubana estuvo a cargo del luchador Mijaín López, al colgarse al cuello su quinta medalla de oro olímpica en la división superpesada del estilo grecorromano.
Con ello, se consagró como el deportista cubano más laureado en la historia olímpica, por encima del esgrimista Ramón Fonst (cuatro oros y una plata) y los tricampeones de boxeo Teófilo Stevenson y Félix Savón.
Y aunque no fue a la cuenta del oficialista Instituto Nacional de Deporte y Recreación (INDER), extraordinaria fue la conquista de Jordan Díaz, Pedro Pablo Pichardo y Andy Díaz, quienes colmaron todo el podio del salto triple, en representación de España, Portugal e Italia, respectivamente.
Fin de la utopía “amateur”
El 2024 marcó también el tiro de gracia a la utopía “amateur”, decretada en 1962 por el dictador Fidel Castro, cuando eliminó la práctica del deporte profesional en la isla.
“Este es el triunfo de la pelota libre sobre la pelota esclava”, proclamó Castro, al inaugurar la primera Serie Nacional amateur, que sustituyó a la poderosa liga profesional cubana.
El 27 de agosto, si todavía quedaba algún atisbo de ese supuesto amateurismo en el deporte cubano, murió definitivamente, con la celebración en La Habana del primer cartel de boxeo profesional en casi siete décadas.
La cartelera, denominada “Noche de Campeones”, se realizó bajo el amparo de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA), paradójicamente, en el marco de las celebraciones del aniversario 50 del primer Mundial Amateur, disputado en La Habana en 1974.
El programa constó de seis combates, cuatro de ellos a seis rounds y los dos últimos a diez asaltos, con premios de hasta 120,000 dólares.
Arlén López, Julio César La Cruz y Roniel Iglesias, todos bicampeones olímpicos en Rio´2016 y Tokio´2020, así como Erislandy Alvarez, único ganador del oro en París´2024, y Saidel Horta y Lázaro Alvarez subieron al cuadrilátero de la Ciudad Deportiva habanera contra rivales de diferentes países, y todos salieron vencedores, en un espectáculo que resultó ser una caricatura de los grandes carteles boxísticos al estilo de Las Vegas.
De todos modos y aunque se trató de un evento de categoría inferior, representó un parteaguas, más de seis décadas después de que Castro demonizó a quienes vivían del dinero que les reportaba sus habilidades atléticas.
Premier-12: Fracaso rotundo
El otro gran evento esperado por los aficionados cubanos fue la tercera edición del torneo Premier-12, que organiza la Confederación Mundial de Béisbol y Softbol (WBSC), donde las cosas no pusieron salir peor para la selección de la isla.
En el torneo, en el que participan los 12 países mejor ubicados en el escalafón de la WBSC, Cuba terminó en el penúltimo lugar, con marca de una victoria y cinco derrotas, el mismo balance de la escuadra de Puerto Rico, que terminó última por diferencia de carreras.
El certamen evidenció las falencias técnicas del equipo, a pesar de contar con jugadores de experiencia profesional, algunos incluso, con algunas pasantías anteriores en Grandes Ligas.
Pero en el Premier-12 no se permiten peloteros que estén en el roster de 40 de las diferentes organizaciones de MLB y Cuba le echó mano a veteranos que ya vieron pasar sus mejores tiempos en el diamante, junto a los pocos jóvenes que quedan disponibles, ante la indetenible fuga de talentos.
Alrededor de 200 atletas, en su mayoría peloteros, salieron de la isla en el 2024, para buscar un mejor futuro sin las ataduras de las autoridades deportivas del régimen.
Y se van cada vez más jóvenes, con menos de 20 años y muchos sin siquiera haber pasado por las Series Nacionales, y ya varios de ellos tienen pactados acuerdos preliminares, para cuando se abra el nuevo período de firmas internacionales.
El caso extremo fue el de Yosmín Fuentes, con apenas 13 años, luego de dejar muy buena impresión en la Serie Mundial de Pequeñas Ligas en Williamsport, Pennsylvania, en la que participó con el equipo de Villa Clara.
Fuentes ya está en una academia de República Dominicana, preparándose para el 2029, cuando tendrá la edad legal para firmar un contrato profesional.
El talento sigue fluyendo de manera natural, sólo que ahora se encamina en otra dirección y se le escapa de las manos al INDER.
Cubanos en MLB
El 2024 no fue el mejor año para los más de 30 peloteros cubanos que jugaron esta temporada en Grandes Ligas.
El tunero Yordán Alvarez, jardinero izquierdo y bateador designado de los Astros de Houston, y el pinero Raisel Iglesias, cerrador de los Bravos de Atlanta, fueron, a no dudarlo, las estrellas más brillantes del año para los jugadores de la Mayor de Las Antillas.
Alvarez se ratificó como uno de los mejores bateadores de todo el béisbol, con average de .308, 35 cuadrangulares y 86 carreras remolcadas, e Iglesias se consolidó entre la élite de los relevistas, con 34 rescates, seis victorias, dos derrotas y una efectividad de 1.95.
El veterano José “Candelita” Iglesias escribió una de las páginas más interesantes de la campaña, al regresar a Grandes Ligas tras un año de ausencia y convertirse en uno de los líderes indiscutibles de los Mets de Nueva York, por su bateo, su defensa y su carisma dentro del clubhouse, lo que podría abrirle las puertas a un nuevo contrato en la agencia libre.
Randy Arozarena, cambiado a mitad de temporada de los Rays de Tampa Bay a los Marineros de Seattle, Adolis García, de los Rangers de Texas, Luis Robert, de los Medias Blancas de Chicago, y Lourdes Gurriel Junior, de los Diamondbacks de Arizona, vieron un retroceso en su rendimiento en el 2024, un año después de haber asistido los cuatro al Juego de las Estrellas.
Otro que estuvo en el ASG del 2023 y también fue de más a menos en el 2024 fue Yandy Díaz, de los Rays.
Líder de los bateadores de la Liga Americana en el 2023 (.330), el hijo de Jorge “La Araña” Díaz vio un declive de 49 puntos en su average este año, aunque tuvo un repunte en los dos meses finales de la contienda.
Otro que vio un renacer en el cierre de la temporada fue el lanzallamas holguinero Aroldis Chapman, quien recuperó con los Piratas de Pittsburgh el puesto de cerrador que perdió desde el 2022 con los Yankees de Nueva York.
Chapman sigue lanzando sobre las 100 millas por hora después de 15 temporadas en las Mayores y acaba de pactar por un año y 10.75 millones de dólares para ser el cerrador de los Medias Rojas de Boston en el 2025.
Con ese monto, se convertirá en el relevista mejor pagado de la historia, con ganancias totales de $176,566,491, por encima del legendario panameño Mariano Rivera, miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, quien amasó en su carrera una fortuna de 169 millones.
Abandonos y salidas indetenibles
Alrededor de 200 atletas, en su mayoría peloteros, salieron de la isla en el 2024, para buscar un mejor futuro sin las ataduras de las autoridades deportivas del régimen.
Entre los abandonos más notables de delegaciones destaca el luchador de estilo libre Osmany Diversent, campeón panamericano, quien escapó de una base de entrenamiento en México y ya se integró al equipo de la Universidad de Iowa, famosa por tener el mejor programa colegial de este deporte en Estados Unidos.
Angel Pacheco, de la modalidad grecorromana, hizo lo mismo durante una competencia en Croacia, preparatoria para los Juegos Olímpicos de París, sin esperar a competir en la máxima cita del deporte universal.
A fines de noviembre, Diosel Rondón, Daril Lois González y Jorge Félix Prent, integrantes de la selección nacional de balonmano, abandonaron la concentración del equipo en Francia, donde se preparaban para el Campeonato Mundial, previsto para celebrarse en Croacia entre el 14 de enero y el 2 de febrero de 2025.
Y aunque cada vez son más los deportistas que aprovechan viajes en delegaciones al exterior para escapar, lo más común ahora es que salgan, ya de manera legal por el aeropuerto, o por otras vías, sobre todo los peloteros, hacia República Dominicana, desde donde intentan conseguir contratos profesionales.
Cada vez se van más jóvenes, con menos de 20 años y muchos sin siquiera haber pasado por las Series Nacionales.
Ya varios de ellos tienen pactados acuerdos preliminares, para cuando se abra el nuevo período de firmas internacionales.
El caso extremo fue el de Yosmín Fuentes, con apenas 13 años, luego de dejar muy buena impresión en la Serie Mundial de Pequeñas Ligas en Williamsport, Pennsylvania, en la que participó con el equipo de Villa Clara.
Fuentes ya está en una academia de República Dominicana, preparándose para el 2029, cuando tendrá la edad legal para firmar un contrato profesional.
El talento sigue fluyendo de manera natural, sólo que ahora se encamina en otra dirección y se le escapa de las manos al INDER.
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