La embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, advirtió a través de un comunicado los serios riesgos que enfrenta Nicaragua por la violencia ejercida contra el pueblo y por la falta de garantías para ejercer sus derechos.
En un comunicado referido al informe de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU difundido el miércoles, la diplomática indica textualmente: “Este informe destaca lo que venimos diciendo desde hace meses: Ortega está aterrorizando a su propio pueblo. El gobierno nicaragüense debe poner fin a su campaña de violencia e intimidación. Hasta que el pueblo de Nicaragua pueda expresar su voz de manera libre y pacífica, la comunidad internacional debe seguir ejerciendo presión sobre el régimen”.
El comunicado de la embajadora Haley concluye afirmando que: “De lo contrario, estaremos ante otra Venezuela y se debilitará la seguridad de toda la región”.
El informe de la ONU divulgado el miércoles indica que el gobierno de Nicaragua aplicó amplias medidas de represión que se extendieron de las calles a los tribunales durante los cuatro meses de protestas contra el ejecutivo del presidente Daniel Ortega.
El reporte de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos instó al ejecutivo Ortega a detener de inmediato la persecución a los manifestantes y a desarmar a los civiles enmascarados que fueron responsables de muchos de los asesinatos y detenciones arbitrarias.
Desde mediados de abril, más de 300 personas murieron a consecuencia de la violencia en la nación centroamericana.
El informe describió detenciones ilegales, torturas y la celebración de juicios a puerta cerrada. Médicos, profesores y jueces que se mostraron críticos o protestaron fueron cesados de su trabajo para disuadir a la población de participar o respaldar las protestas.