El artista y escritor cubano Juan Abreu renunció este miércoles al premio recibido de parte de la Fundación Cintas. Con esto ha echado más leña al fuego de la polémica surgida desde que la organización decidió incluir entre sus becarios a artistas residentes en Cuba.
El torbellino de acusaciones se desató el pasado 27 de abril cuando la fundación anunció en su portal digital que a partir de este año “cumplirá con los deseos de su fundador, Oscar B. Cintas, y le otorgará becas a cubanos y descendientes de cubanos, ya bien vivan en Cuba o fuera de Cuba”.
De inmediato el historiador cubano Jesús Rosado anunció su renuncia a continuar como curador del proyecto de exhibición de la colección Cintas en el American Museum of the Cuban Diaspora.
“¿Quién me garantiza que los Kcho, los Nelson Domínguez, los Miguel Barnet, todos artistas oficialistas y consagrados a la dictadura no obtengan una beca Cintas? Porque si hay una táctica particular de la Fundación para alejar a este tipo de personajes de su misión, pienso que debería haber sido ser explícita”, escribió el curador.
Detrás de sus declaraciones, el museo, recién inaugurado con una muestra del pintor Luis Cruz Azaceta, respaldó la decisión de Rosado y canceló la exposición que preparaba para junio en colaboración con Cintas.
Su directora Ileana Fuentes, envió el 1ro de mayo una carta en la que renuncia a trabajar con la Fundación Cintas en la que estableció "la misión rectora y los valores fundamentales" del museo que dirige: "documentar, exhibir e interpretar el arte, la cultura y la historia de la diáspora cubana posterior a 1959".
Días después, el 4 de mayo, Víctor Deupi, presidente de la Fundación Cintas, ofreció una entrevista a Diario de Cuba, en la que aseguró que “no hemos cambiado nuestra misión -que es apoyar a todos los artistas cubanos- y ciertamente no hemos dado la espalda a los artistas cubanos de la diáspora”.
Deupi aclaró, ante una pregunta de DDC que no habían hecho contacto con ninguna autoridad cubana y que “no está colaborando con ninguna agencia cubana”.
Respecto al desencuentro con el American Museum of the Cuban Diaspora, Depui se limitó a plantear que la muestra suspendida solo estaba en la fase de conversaciones.
“No se había llegado a un acuerdo, por lo que todo estaba todavía en su fase inicial”, explicó.
Este martes Depui volvió hacer declaraciones, esta vez al diario El Nuevo Herald.
En conversación con el crítico de Arte Denis Matos, Depui insistió en que Cintas no estaba colaborando con las agencias cubanas y se remontó a los orígenes de la fundación que desde 1962 reconoce la obra de artistas exiliados cubanos.
“Creo que es importante recordar que Oscar Cintas estableció lo que originalmente se llamó la Fundación de Arte Cubano (Cuban Art Foundation), constituida en 1957. Su certificado de incorporación, fechado el 25 de abril de ese mismo año, dice que su propósito era fomentar y alentar las artes, incluyendo las artes plásticas, la música y la literatura, dentro de la República de Cuba”, precisó el ejecutivo.
De todos modos él mismo habla por la junta de dirección (el board), que además de estar “ilusionada” con los viejos fundamentos de creador, Oscar Cintas, se ilusiona con algo que va “más allá de lo que el fundador podría haber imaginado”.
Las declaraciones de Depui habrían dado el toque final para la renuncia de Abreu, un artista que recientemente expuso en Bruselas, Bélgica, una muestra de retratos al óleo con la imagen de decenas de fusilados por el régimen castrista.
En un post titulado “Carta abierta a la Fundación Cintas (2)”, publicado en su blog Emanaciones, Abreu calificó de “falso” el hecho de que la decisión de Cintas sea una vuelta a los deseos de su fundador, el señor Oscar Cintas.
“¿Es necesario a estas alturas, Sr. Deupi, ponerlo al corriente de que la República de Cuba dejó de existir en 1959? Fue sustituida por una Dictadura Militar, Sr. Deupi”, señala Abreu, “1993-94 Oscar B. Cintas Fellowship for Painting”.
Ante los argumentos de Depui, de que no habría un giro brusco con la nueva política de otorgamientos de la fundación, Juan Abreu, fue más hiriente.
“Es falso, obviamente falso, que incluir a los cubanos que viven bajo Castro en el programa de Becas de la Fundación, no sea un cambio de política de la Fundación Cintas. Lo es, y es además una traición al propósito inicial del Sr. Cintas y a lo que ha sido y representado la Fundación Cintas. Para no hablar de que constituye un acto de gran bajeza moral por su implícito desprecio a las víctimas del castrismo, en tanto ayuda a “normalizar” a los victimarios”, escribe Abreu.
Por lo pronto habría que esperar otros gestos y declaraciones de artistas cubanos ante lo que consideraban una posibilidad de ayuda en una institución que no los mezclaba con quienes crean bajo la supervisión del régimen cubano y gozan de becas y premios en universidades de Estados Unidos.
Entre los más significativos artistas que han sido beneficiados con la beca anual se encuentran Carmen Herrera, Félix González-Torres, María Martínez-Cañas, Teresita Fernández, José Bedia, Cundo Bermúdez, Mario Carreño, José Mijares y Gina Pellón, así como los escritores Carlos Alberto Montaner, Oscar Hijuelos y María Irene Fornés.