Para la artista cubana Tania Bruguera, el episodio de intolerancia, represión y difamación que ha vivido en los últimos días constituye un verdadero performance que sirvió para calibrar la postura de las autoridades cubanas y de sus colegas del mundo artístico.
“Esto sirvió para quitarle la máscara a todo el mundo”, dijo Bruguera en entrevista este sábado con el periodista Adriel Reyes de Radio Martí.
Una vez más la artista explicó que su intención inicial con el performance #yotambienexijo era propiciar la libertad de expresión entre los cubanos pues pensaba que “Cuba estaba lista para las diferencias de opinión, para la tolerancia, para perdonar y no olvidar”.
Su carrera en el arte político la ha llevado a grandes desafíos pero éste a su juicio ha sido el más fuerte: en los últimos días estuvo encarcelada en tres ocasiones; sufrió por los arrestos de decenas de personas que intentaron seguir su convocatoria de hablar en una tribuna abierta en la icónica Plaza de la Revolución, fue interrogada durante varias horas por instructores del Ministerio del Interior y vistió el uniforme gris de presa.
“La instructora hasta me cayó bien, mira que ella trabajó, ella trató de hacer una empatía y todo. Pero una cosa es empatía y otra que te quieran cambiar la forma de pensar”, recuerda Bruguera quien relata que la trataron de convencer de que se fuera de Cuba y que no regresara, ni siquiera para la Bienal de La Habana, prevista para celebrarse entre el 22 de mayo y el 22 de junio del 2015.
Según relata la artista la instructora buscaba información sobre quiénes estaban financiando la plataforma #yotambienexijo desde fuera, algo que le molestó pues es fruto de la paranoia y de siempre crear una “cosa armada” y de subvalorar la capacidad de los cubanos de generar una propuesta por sí mismos.
“Esto ha demostrado que no hace falta dinero de ningún otro gobierno para que las cosas sucedan y que cuando los cubanos quieren, las cosas se pueden lograr”, dijo.
Bruguera lamentó el poco apoyo que recibió de los artistas residentes en la isla, quienes se alinearon al discurso oficial de “este no es el momento para decir eso”.
“Ahora se abre una nueva posibilidad para que las obras de los artistas cubanos, las compren los coleccionistas norteamericanos y todo el mundo pone las cosas en la balanza”, considera.