El exdiplomático estadounidense Víctor Manuel Rocha dijo este jueves en corte que se declarará culpable de cargos de servir como agente secreto para Cuba durante décadas.
“Estoy de acuerdo”, respondió el acusado cuando la jueza del Tribunal de Distrito de Estados Unidos, Beth Bloom, le preguntó si quería cambiar la declaración a culpable. Dos semanas antes, el exembajador se había declarado inocente.
El exdiplomático y empresario de 73 años fue acusado de 15 cargos, entre ellos, el de haber conspirado para actuar como agente al servicio de un gobierno extranjero, defraudar a Estados Unidos, cometer fraude electrónico y proveer declaraciones falsas a los investigadores.
El abogado defensor del caso indicó que los fiscales acordaron una sentencia, pero la duración de esa pena no fue revelada en el tribunal. Rocha debe regresar a la corte el 12 de abril.
Según datos revelados por la fiscalía, el exdiplomático participó en “actividades clandestinas” en nombre de Cuba desde 1981, año en que se unió al servicio exterior de Estados Unidos. Aunque la investigación reveló que los primeros contactos establecidos con la Dirección General de Inteligencia (DGI) del Ministerio del Interior de Cuba se remontan a 1973.
En 1981, ingresó al Departamento de Estado, donde trabajó por más de dos décadas como diplomático en varias embajadas de Estados Unidos. También trabajó en la Casa Blanca, de 1994 a 1995, como director para Asuntos Interamericanos ante el Consejo de Seguridad Nacional. Luego pasó a ser el subdirector de la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba, hasta 1997.
Rocha fue además embajador encargado en Buenos Aires, Argentina y cónsul para Asuntos Económicos y Políticos en Italia. También estuvo frente a la embajada de Bolivia cuando Evo Morales llegó al poder, y entre 2006 y 2012 se desempeñó como asesor del Comando Sur de Estados Unidos.
El Fiscal General de los Estados Unidos, Merrick Garland, describió el caso de Rocha como “una de las infiltraciones de mayor alcance y más duraderas del gobierno de los Estados Unidos por un agente extranjero”.
Rocha, la "punta del iceberg"
En enero pasado, un grupo de legisladores estadounidenses con importantes cargos en materia de relaciones internacionales pidió en una carta al secretario de Estado, Antony Blinken, que estudiara minuciosamente el daño causado por el exembajador estadounidense.
En la misiva, tres congresistas republicanos subrayaron “la gravedad de la infiltración” en los más altos niveles del gobierno y dijeron que era urgente determinar el alcance total del daño causado por las actividades de Rocha, así como dentificar a cualquier colaborador o facilitador potencial y eliminar de las bases de datos diplomáticas, de inteligencia y de formulación de políticas sus contribuciones con respecto a Cuba y sus aliados.
A raíz del caso de Rocha, altos exfuncionarios del gobierno cubano exiliados en EEUU alertaron en una declaración sobre la amenaza creciente de los servicios de inteligencia de La Habana.
"En Estados Unidos se ha descubierto solo la punta del “iceberg” con el encausamiento en diciembre pasado del ex embajador Víctor Manuel Rocha y las largas condenas a prisión de la principal analista de Cuba del Pentágono, Ana Belén Montes, en 2002, y el alto oficial del Departamento de Estado, Kendall Myers en 2009. No son casos aislados o reliquias de la Guerra Fría, como algunos han declarado; al contrario, son el resultado de un trabajo de décadas cuyos réditos exponenciales son difíciles de imaginar", aseguraron los firmantes.
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