Un grupo de legisladores estadounidenses con importantes cargos en materia de relaciones internacionales pidió al secretario de Estado, Antony Blinken, que estudie minuciosamente el daño causado por el exembajador estadounidense Manuel Rocha, arrestado el 4 de diciembre bajo cargos de ser un agente al servicio de la dictadura cubana.
El presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Michael McCaul, el presidente del Subcomité de Estado, Operaciones Extranjeras y Programas Relacionados, el cubanoamericano Mario Díaz-Balart, y el presidente del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, Mark Green, enviaron una carta al secretario Blinken sobre el caso Rocha, quien supuestamente "actuó como agente del régimen cubano durante décadas".
En la misiva, los tres congresistas republicanos subrayaron “la gravedad de la infiltración” en los más altos niveles del gobierno y que es esencial:
- Determinar el alcance total del daño causado por las actividades de Rocha,
- Identificar a cualquier colaborador o facilitador potencial,
- Eliminar de las bases de datos diplomáticas, de inteligencia y de formulación de políticas sus contribuciones con respecto a Cuba y sus aliados, y
- Evaluar el impacto en los intereses estadounidenses, particularmente en los ámbitos de los asuntos exteriores, la seguridad nacional y la inteligencia.
"Su arresto, cargos y posible condena deben servir como un recordatorio de que el régimen cubano sigue siendo una amenaza activa para nuestros intereses en el país y en el extranjero", afirmaron McCaul, Díaz-Balart y Green.
Texto completo de la carta:
Como ustedes saben, el pasado 4 de diciembre, el Departamento de Justicia acusó al exembajador de Estados Unidos, Manuel Rocha, de actuar secretamente como agente del régimen cubano. Las supuestas acciones de Rocha, de ser probadas, representarían una grave violación de la seguridad nacional y plantearían serias dudas sobre la efectividad de las medidas de contrainteligencia para evitar la infiltración del régimen cubano en los más altos niveles del gobierno de Estados Unidos.
No se puede subestimar la gravedad de esta situación. Como se describe en la acusación, durante más de cuarenta años, Rocha presuntamente actuó en connivencia con la dictadura cubana en detrimento de nuestros intereses en todo el mundo.
Específicamente, se le acusa de actuar en nombre de Cuba mientras ocupaba varios cargos críticos en el gobierno de los Estados Unidos, incluido su tiempo en el Consejo de Seguridad Nacional, la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, como embajador en Bolivia y como asesor del comandante del Comando Sur de los Estados Unidos después de dejar el Departamento de Estado.
El colega de Rocha, Phillip Linderman, que estuvo destinado con él en la USINT/La Habana, señaló su alarmante reacción en "Manuel Rocha: Fanatic, Spy – And My Colleague", que apareció en The American Conservative el 11 de diciembre de 2023, de que, "Durante su trabajo en La Habana y en otras asignaciones en el extranjero, Rocha probablemente traicionó a numerosos cubanos anticastristas, en particular a activistas democráticos y de derechos humanos que depositaron su confianza en manos estadounidenses. Ese fue el costo humano real de la traición de Rocha". El fiscal general Merrick Garland describió la violación de Rocha como "una de las infiltraciones de mayor alcance y más duraderas del gobierno de Estados Unidos por parte de un agente extranjero".
Es esencial determinar el alcance total del daño causado por las actividades de Rocha, identificar a cualquier posible colaborador o facilitador, eliminar de las bases de datos diplomáticas, de inteligencia y de formulación de políticas sus contribuciones con respecto a Cuba y sus aliados, y evaluar el impacto en los intereses estadounidenses, particularmente en los ámbitos de las relaciones exteriores, la seguridad nacional y la inteligencia. Su arresto, cargos y posible condena deben servir como un recordatorio de que el régimen cubano sigue siendo una amenaza activa para nuestros intereses en el país y en el extranjero.
Esperamos que tenga en cuenta esta traición histórica y ponga fin a los esfuerzos actuales para estrechar lazos con los tiranos de La Habana. Rocha es solo el último de una larga lista de espías cubanos dañinos, incluyendo a Ana Belén Montes (DIA, condenada), Walter y Gwendolyn Myers (Departamento de Estado, condenada), Marta Rita Velázquez (USAID, acusada y huyó de los EEUU), los 5 miembros condenados de la Red AVISPA (condenados), y Carlos y Elsa Álvarez (profesores de la Universidad Internacional de Florida, condenados).
De manera más inmediata, a medida que realiza evaluaciones del impacto de Rocha, instamos a la administración a garantizar la transparencia en todo el proceso. El Congreso y el público merecen saber que se están tomando medidas para abordar esta violación y prevenir incidentes similares en el futuro. Dentro de todas las normas y reglamentos aplicables, esperamos que su Departamento aborde este asunto con decisión y tome las medidas necesarias para salvaguardar a nuestra nación de amenazas similares.
Como siempre, estamos dispuestos a apoyar al Departamento en la priorización de los recursos necesarios para llevar a cabo estas importantes investigaciones y emprender las medidas de contrainteligencia necesarias para prevenir futuras infiltraciones de agentes cubanos en el gobierno de los Estados Unidos.
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