José Ramón Cabañas Rodríguez, el ex embajador de Cuba en los Estados Unidos en el periodo del acercamiento entre los dos países, atacó al Departamento de Estado y su embajada en La Habana por las denuncias de las violaciones de derechos humanos en la isla que se hacen desde las cuentas de la diplomacia estadounidense.
Se refirió a los twits de la Embajada de Estados Unidos en Cuba y de varios funcionarios de la cancillería estadounidense, incluyendo el propio Secretario de Estado, Antony Blinken, en los que dan cuenta del hostigamiento por parte del régimen cubano contra la ciudadanía, los defensores de derechos humanos y los periodistas y alertan sobre la situación de los presos políticos en la isla, las altas condenas y los procesos judiciales contra los que expresan rechazo al régimen comunista.
El actual director del Centro de Investigaciones de Política Internacional en Cuba, en un artículo en Cubadebate , aludió a "la manera desembozada en que tanto el Departamento de Estado desde Washington, como su embajada en La Habana, han incorporado a su rutina diaria al emisión de juicios y opiniones sobre la realidad interna cubana, que publican y reiteran sin ningún pudor".
Aunque organizaciones como Amnistía Internacional, Human Rights Watch y Pen América difunden denuncias similares, Cabañas calificó esto como "bombardeos digitales" y dice que se trata de una "actuación irresponsable en las redes sociales, y en especial en Twitter, de la cancillería estadounidense y sus empleados". También se refiere a estas denuncias como "mensajes abrasivos e irrespetuosos contra Cuba".
El diplomático, que se convirtió en 2015 en el primer embajador de la Isla en EEUU en más de 50 años, sugirió un supuesto protagonismo del Departamento de Estado, su Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental y su representación diplomática en La Habana en el levantamiento del 11 de julio en la isla y la Marcha Cívica por el Cambio.
"Dejaron sus huellas por todas partes en los sucesos anteriores y posteriores al 11 de julio, pero aún así tuvieron cierto recato en aquellos días, para impedir ser vistos como los manejadores directos de los “manifestantes”, dijo el diplomático.
La Administración Biden ha manifestado en reiteradas ocasiones que entre las prioridades de su política hacia Cuba está conseguir que la comunidad internacional se pronuncie acerca de las violaciones de Derechos Humanos en la isla.
En septiembre de 2021, el Secretario de Estado Blinken aprovechó el contexto del 76° Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas para buscar un pronunciamiento internacional sobre lo que sucede en la isla: "Es vital que la comunidad internacional se pronuncie contra la represión y las detenciones masivas de manifestantes cubanos; exigir la liberación de los injustamente encarcelados allí; y apoyar el deseo del pueblo cubano de determinar su propio futuro. Instamos al gobierno cubano, miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, a respetar los derechos humanos y las libertades fundamentales del pueblo cubano, consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Los cubanos merecen la oportunidad de ejercer sus derechos y expresar sus aspiraciones sin temor a la violencia o al encarcelamiento. Estados Unidos continuará apoyando al pueblo cubano y continuará tomando medidas para promover la rendición de cuentas por los abusos de derechos humanos cometidos por el gobierno cubano".
Poco después del levantamiento del 11 de julio, la Casa Blanca publicó el documento HOJA INFORMATIVA: Medidas de la Administración Biden-Harris sobre Cuba en el cual se detalla que involucrar a la comunidad internacional es un punto clave de la política del gobierno de Estados Unidos hacia la isla.