Expertos y activistas analizaron este martes la Constitución que se someterá a referendo en Cuba el próximo 24 de febrero, durante una conferencia en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), en Washington D.C., que tuvo como marco de referencia la Carta Democrática de esa institución regional.
Rosa María Payá, coordinadora de Cuba Decide y moderadora del evento, dijo que el régimen cubano intenta vender una imagen de reforma con la convocatoria a un referendo constitucional tras el "aumento del descontento" de los ciudadanos, tanto dentro como fuera de Cuba.
Payá señaló que la nueva Constitución viola los derechos de los cubanos y los principios básicos de la democracia, al ser sometida en apariencia, a la consulta popular. Muchos cubanos, añadió, fueron reprimidos en las asambleas de discusión del texto constitucional.
Laritza Diversent, directora del Centro de Información Legal (Cubalex), hizo un análisis del contenido de la Constitución aprobada el pasado 22 de diciembre por la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) y destacó los elementos esenciales de la democracia representativa ausentes en el texto.
La abogada subrayó que desde el golpe de Estado de Fulgencio Batista, el 10 de marzo de 1952, no se ha restaurado el orden democrático en Cuba, y recomendó a la OEA que el régimen cubano sea medido a partir de ese hecho, y bajo los mismos estándares con que se juzgan a los demás países de la región.
Diversent dijo que la Constitución propuesta por el régimen cubano es discriminatoria en términos políticos, religiosos, y de derechos civiles. En materia de libertad religiosa, agregó, no garantiza que los grupos religiosos puedan registrarse legalmente en el país.
La Carta Magna, tanto la actual como la nueva propuesta, promueven la propaganda a favor de la guerra. El de Cuba, subrayó Diversent, es un régimen militarizado que impone a sus ciudadanos el uso de las armas, incluso cuando éste va en contra de sus creencias o su fe.
Sobre los procesos electorales en la isla, la abogada señaló varias contradicciones del texto constitucional y citó como ejemplo que el sistema electoral se define como no partidista y, sin embargo, "garantiza el monopartidismo", al no existir mecanismos que permitan el registro y libre ejercicio de otros partidos políticos en Cuba.
Las organizaciones que integran las comisiones de candidatura de los delegados a la ANPP responden a los intereses del Partido Comunista, y tienen la misión de garantizar que los elegidos sean los indicados. Muchas candidaturas son bloqueadas, y el elector no puede agregar a otros aspirantes a la hora de ejercer su derecho al voto, explicó Diversent.
Es una estrategia que le permite al régimen mantener la unidad del poder, subrayó la abogada.
El elector cubano siente presión a la hora de ejercer su derecho al voto. Los mecanismos creados por el régimen inhiben su voluntad de expresar sus ideas políticas.
La separación de poderes no existe en Cuba. En la isla rige el principo de indivisibilidad del poder. La concentración del poder es un hecho. Coinciden quienes emiten las leyes y quienes las ejecutan, señaló Diversent.
El expresidente del Comité Jurídico Interamericano, Jaime Aparicio, hizo un análisis de cómo responde o no la Constitución cubana al patrimonio constitucional de las Américas.
Mientras las constituciones liberales americanas se basaron en la dignidad humana y los derechos del individuo, la Constitución cubana se centra en principios ideológicos abstractos, detrás de los cuales se esconden los intereses del Partido Comunista, explicó Aparicio.
La Carta Democrática, recordó Aparicio, llama a la división de poderes, a elecciones periódicas basadas en el sufragio universal, y la no perpetuación del poder, la libertad invidual y la justicia social, así como a incorporar la protección de los derechos humanos, como la libertad de expresión y prensa, condiciones esenciales para la existencia de un régimen democrático.
"No hay forma de que el pueblo cubano decida cambiar de sistema, porque este sistema es irrevocable" según el texto constitucional, indicó el experto.
Un "artículo muy grave" es el que advierte sobre la "traición a la patria", sin definir qué es traición. Es muy fácil, bajo esta idea, acusar a quienes se oponen al poder, de traición, alertó Aparicio.
Es una constitución rígida, que señala que en nigún caso es negociable la irrevocabilidad del socialismo, dijo. "Es una carta fundamentamente ideológica, no de derecho (...) Es un instrumento para encerrar al individuo bajo la prisión de la ideología. Nada ha cambiado en los últimos 60 años", concluyó Aparicio.
El director ejecutivo de Transparencia Electoral América Latina, Leandro Querido, dijo que "Cuba es el contra ejemplo perfecto de lo que entendemos por elecciones con integridad".
Para lograr esa integridad, señaló, se necesita un Estado de Derecho y la existencia de organismos electorales competentes e independientes que generen confianza en la población, "nada de que ver con lo que está pasando en Cuba".
La "ausencia de contrincantes" es otro factor que atenta contra la integridad de las elecciones en Cuba.
La observación electoral por organismos internacionales, como es el caso de la OEA, es un aspecto que Cuba tampoco tiene en cuenta.
"Desde Cuba salen todos los proyectos autoritarios" que padecen muchos países de la región, lo que genera inconvenientes para consolidar la democracia, señaló el experto.
"Todo el mundo sabe que en Venezuela hay una dictadura, y por decantación, todo el mundo sabe que en Cuba hay una dictadura, e incluso, más vieja", dijo Querido.
Sobre la supuesta "autodeterminación de los pueblos" que defiende el régimen de La Habana, el profesor señaló que esas posturas solidarias solo aplican para sus aliados. Si el pueblo no puede expresarse a través de elecciones libres, "¿de qué autodeterminación estamos hablando?", se cuestionó.
"En Cuba estamos frente a elecciones fabricadas, de las que se conoce el resultado de antemano", dijo Querido, quién hizo un análisis del caso cubano en su libro "Así se vota en Cuba" sobre las elecciones realizadas entre 2017 y 2018 en la isla.
La motivación de los regímenes autoritarios, como Cuba, de hacer elecciones se basa en el control interno, y la oportunidad de legitimarse hacia afuera. El referendo que se realizará el 24 de febrero en la isla se trata de otra imposición, concluyó Querido.
Sobre el referendo constitucional, Payá señaló que "el proceso completo es un fraude", y por esa razón "no debemos esperar los resultados para denunciarlo".
(Redactado por Aracelis Mayan, a partir de transmisión en vivo de la OEA)