Al cabo de 20 días luchando contra una enfermedad respiratoria en la sala de terapia intensiva de un hospital habanero, falleció a los 73 años el gran dibujante y cineasta cubano Juan Padrón, creador de las historietas y las películas de dibujos animados de Elpidio Valdés, Vampiros en La Habana, Filminutos y Quinoscopios, entre otros.
Su hijo, el cineasta Ian Padrón, dio a conocer la noticia en su cuenta de Facebook.
“Nuestro amado padre Juan Padrón acaba de pasar a la posteridad a las 5:20 am de hoy día 24 de marzo de 2020”, dice la nota. “El último mambí batalló durante 20 días y se va lleno de amor y tranquilidad. (…) Te recordaremos siempre como el ser humano más simpático, humilde y genial que conoceremos en nuestras vidas. Gracias por Elpidio Valdés, por los Vampiros en La Habana y por sobre todo ser un padre y esposo tan noble y amoroso”.
Y cierra con la frase “!Hasta la vista, compay!”, la típica despedida de Elpidio Valdés en los dibujos animados. El miércoles de la semana pasada ya Ian Padrón había asegurado que el motivo del ingreso de su padre no era el coronavirus.
“Mi familia me pide que explique que todas las pruebas a virus han dado negativas”, escribió entonces. “Que nadie considera que sea coronavirus. Gracias por los miles de mensajes de aliento y salud”. También lo había descartado en otro mensaje la hija de Juan Padrón, Silvia Padrón.
El dibujante y animador Mario García-Montes, que entre 1973 y 1994 trabajó con Juan Padrón en mas de 20 películas –entre cortos y largometrajes— y dirigió con él La Fiesta de los Hongos (1990), le dijo a Radio Televisión Martí que todavía esta aturdido con la noticia.
“Hoy es un día muy triste”, escribió García-Montes en su cuenta de Facebook. “Padrón era un tipo muy especial: muy ingenioso, excelente cuentista, investigador histórico, excelente dibujante e historietista, muy buen Director de Cine y un excelente pero excelente dialoguista (las frases del largometraje Vampiros en La Habana son tan o más populares que la película). Pero sobre todas esas cosas, como si fuera poco, un gran tipo y un buen amigo”.
García-Montes, que tuvo a su cargo la animación de “los vampiros americanos, la célula revolucionaria y Pepito [el protagonista] y la novia” en ese filme, se refiere a diálogos que poco a poco pasaron a formar parte de la jerga callejera y de la cultura popular cubana. A raíz de su estreno, el humorista Héctor Zumbado calificó Vampiros en La Habana de obra maestra.
Pero el legado de Padrón en la vida de tantos y tantos cubanos empieza con el personaje del ingenioso mambí.
“Hay muchos episodios de Elpidio Valdés que me sé casi de memoria. Y como yo, una parte importante de quienes tuvimos la dicha de crecer mirando a ese marrrdito de Errrpidio Valdés”, escribió en Facebook la periodista Mónica Baró.
"Este episodio, Elpidio Valdés contra el tren militar, me mata de risa cada vez que lo veo. Aquí hay frases tan épicas en el imaginario popular como: “caaaalma Pepe”; “eso me suena, me suena...”; “no puedo más, los caballos están desmoralizados”; “aquí dice: fusilen al gordo en cuanto entregue el mensaje”; “mentiroso, me engañaste”; “solo queda una solución: rendirnos... imbécil!”; “nos hemos salvao... victoria!”, escribe Baró.
“Frases que, entre tantas otras --como “abrid paso, que traigo una velita”, o “tócate María Silvia”, o “a ti qué te duele pelirroja... a mí na, estoy traduciendo”, o “vaya y domine ese rifle”, o “no os dejéis provocar, tratad de dormir!”, o “adelante mis leones hispanos”, o “mambises: bestias, no tiréis con ventanas!”, o qué paízzz”, o “yaaa chico”-- han formado parte de mis conversaciones con las personas con quienes comparto esos referentes”, añade la periodista.
En 1985, Padrón convenció al legendario caricaturista argentino Joaquín Lavado (Quino), autor de Mafalda, para llevar al cine algunas de sus historietas. De allí salieron los Quinoscopios, también producidos por el Instituto Cubano del Arte e Industrias Cinematográficos (ICAIC).
Juan Manuel Padrón Blanco nació el 29 de enero de 1947 en el Central Carolina, en la provincia de Matanzas. Licenciado en Historia del Arte por la Universidad de La Habana, empezó a trabajar como dibujante en la revista Mella, como animador en el entonces Instituto Cubano de Radiodifusión (ICR) y luego en El Sable, el suplemento humorístico del diario Juventud Rebelde que antecedió a Dedeté.
El personaje de Elpidio Valdés apareció por primera vez en 1970 en la revista infantil Pionero. El creador diría después que fue apasionándose tanto con Elpidio que dejó a un lado el que entonces era posiblemente su personaje más conocido: el samurái Kashibashi.
De acuerdo con la revista digital OnCuba, Padrón trabajaba ahora como asesor del Departamento de Animación del ICAIC y, con su hija Silvia, en el proyecto de creación del centro cultural La Manigua en Paseo y la calle 35, en La Habana.
“Cosas de genios. Hoy murieron dos grandes: Albert (Astérix y Obélix) Uderzo y Juan (Elpidio y María Silvia) Padrón. Grandes, descansen y gracias”, escribió en Facebook el caricaturista cubano residente en Chile Alen Lauzán. “PD: Vampiros en La Habana, de Juan Padrón, sigue siendo mi película favorita”.
Lo que no saben muchos de sus admiradores es que Padroncito, como le llamaban sus amigos, hacía incontables voces en sus animados. En este video que publica en Facebook el realizador de televisión Alberto Ortiz de Zárate se le ve en el estudio de sonido del ICAIC con un actor mientras graban las voces para una escena de Vampiros en La Habana.