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Fallece en Miami a los 56 años víctima de COVID-19 el Dr. José Antonio Soto


Teniente Oliva, graduado de la Academia de Managua.
Teniente Oliva, graduado de la Academia de Managua.

Un médico cubano que llegó a Estados Unidos en 1992 y se había convertido en una figura reconocida en Miami por su infatigable espíritu de ayuda comunitaria sobre temas científicos y por sus frecuentes apariciones en medios locales, el Dr. José Antonio Soto, falleció el viernes a los 56 años víctima del COVID-19.

“Me siento desolado, sobre todo porque era un amigo generoso y con tantas ganas de vivir que agotaba a los demás”, le dijo a Radio Televisión Martí el periodista de la cadena CNN Camilo Egaña. “Crecimos juntos y desde siempre él quería ser médico y yo periodista”, comentó el presentador del programa vespertino que lleva su nombre.

El Dr. Soto a punto de aparecer en 2018 en el programa que el periodista Camilo Egaña conduce en CNN en español
El Dr. Soto a punto de aparecer en 2018 en el programa que el periodista Camilo Egaña conduce en CNN en español

Soto revalidó su título de médico en Estados Unidos luego de estudiar en 1998 en Harvard University Health Services, y un año antes de iniciar prácticas de medicina general en los hospitales Jackson Memorial y el de la Universidad de Miami. Se había graduado de doctor en 1987 en el Instituto Superior de Ciencias Médicas "Victoria de Girón" de La Habana.

En Cuba trabajó en el hospital Manuel Fajardo, y en Miami fundó y mantuvo en North Miami Beach durante largos años su consulta privada, Soto Medical Associates.

“Era como de la familia, uno de esos amigos que con su presencia transmitía alegría y optimismo”, comentó Julio Lastra, productor de Mega TV. “Un hombre de una cultura extraordinaria, que enfrentaba todos sus retos con la misma tenacidad y devoción”.

En los estudios de Mega TV en Miami con el productor Julio Lastra (Foto tomada de su cuenta de Facebook).
En los estudios de Mega TV en Miami con el productor Julio Lastra (Foto tomada de su cuenta de Facebook).

Para Lastra, la palabra que mejor define al Dr. Soto es “humanista”.

“Estaba ahí para ayudar”, dijo el productor cubanoamericano. “Un hombre de una cultura extraordinaria que siempre tenía deseos de ir más allá con la única intención de hacer el bien a los demás”.

Sobre la enfermedad que le quitó la vida mantuvo durante meses un informe cotidiano en redes sociales: “Coronavirus Dr. Soto Reporta”. Comentaba lo mismo las últimas cifras oficiales de casos y fallecimientos que otros datos de interés general.

Su pasión por los desafíos era inmensa, subraya Lastra. En junio de 2018, como parte de una expedición, el Dr. Soto llegó a la cima del Monte Kilimanjaro en Tanzania: “5.895 metros sobre el nivel del mar; o sea, 19.341 pies”, escribió en su página de Facebook.

Dos años antes había llegado a la base de la montaña conocida como “El Techo del Mundo”, el Monte Everest, en los Himalayas. Allí plantó una bandera cubana y dejó una imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, la “Virgen Mambisa”, convencido de haber alcanzado el punto más alto de la geografía al que hubiese accedido en cubano.

Durante el recorrido reunió datos científicos que le servirían para examinar las reacciones del cuerpo humano a un ascenso tan agotador, las bajas temperaturas y la falta de oxígeno.

“Como si todo le interesara al mismo tiempo y con la misma intensidad: el alpinismo, la muerte de Martí, la medicina espacial, el ron añejo y hasta coproducir sus apariciones en radio y televisión”, recordó Egaña, que lo tuvo más de una vez en su programa.

En 2010 el Dr. Soto había publicado el libro Habana 20/20, y dos años antes La beca o la nueva escuela y Marine Therapy Health Benefits of Seawater Minerals. No hay muchos con esa avidez, con esa curiosidad y con ese cariño que desplegaba, asegura Egaña.

“Hace un mes me citó a la consulta tras unos análisis y la cita era para celebrar mi cumpleaños con el personal de su oficina”, recuerda el presentador de CNN. “Desolado, harto, indignado y desesperanzado. Así me siento”.

Es el mejor médico que ha conocido en su vida, dijo Egaña. “El virus mata un amigo y empieza a matarte a ti también”, lamentó.

Le sobreviven su esposa, Alicia, y sus hijos José Antonio y Jorge. Hasta el momento de redactar esta nota no se habían dado a conocer los detalles de las honras fúnebres.

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