Los medios de comunicación rusos han manipulado las declaraciones reales del jefe de la Inteligencia estonia: durante la rueda de prensa celebrada el 12 de enero, Ants Kiviselg se pronunció sobre los bombardeos masivos por parte de Rusia que se volvieron más asiduos durante las fiestas navideñas. Según Kiviselg, los ataques en días festivos «son un acto deliberado de los rusos, que sin duda intentan socavar la voluntad del pueblo ucraniano de defenderse».
El jefe del Centro de Inteligencia de las Fuerzas de Defensa de Estonia también señaló que la táctica de Rusia, al igual que antes, sigue sobresaturada con diferentes tipos de misiles y drones de ataque que golpean simultáneamente el territorio de Ucrania desde diferentes direcciones. La oleada de ataques del 29 de diciembre y el 2 de enero, según los servicios de inteligencia estonios, demuestra el temor de Rusia a la llegada de cazas F-16 estadounidenses a Ucrania. Por eso, subrayó Ants Kiviselg, los ocupantes han intensificado el bombardeo de las infraestructuras ucranianas.
«En todo el país, los ataques han sido dirigidos a puertos, infraestructuras eléctricas y ferroviarias, aeródromos militares, depósitos de armas y municiones e instalaciones de entrenamiento militar, así como empresas de la industria de defensa dedicadas a la producción y reparación de armamento. Los ataques a aeródromos indican que los rusos consideran peligrosa la llegada de los F-16 al arsenal ucraniano«, declaró Ants Kiviselg.
Al mismo tiempo, el jefe de Inteligencia de Estonia no hizo declaraciones sobre la “eficacia” de dichos ataques o su “exitosa” destrucción de objetivos ucranianos: son conjeturas de la propaganda rusa. Los medios pro-Kremlin no sólo retiraron las declaraciones de Kiviselg sobre el temor de Rusia a la llegada de los F-16 para armar Ucrania, sino que también eliminaron cualquier mención sobre el impacto psicológico de los ataques contra las infraestructuras críticas de Ucrania sobre la población civil.
En el marco del derecho internacional, los ataques rusos con misiles sobre los objetivos de infraestructura crítica ucranianos pueden considerarse como crímenes de guerra que no prescriben y están sujetos a la jurisdicción de todo el mundo.