A principios de marzo de 2024 se ha celebrado la 105ª sesión del Consejo Ejecutivo de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, que actúa bajo los auspicios de las Naciones Unidas. Uno de los temas principales de la cumbre fue el uso de armas químicas en la guerra contra Ucrania. No obstante, los miembros del Consejo han descartado todas las acusaciones de Rusia dirigidas a Ucrania, calificándolas de campaña de desinformación destinada a generar confusión en el Consejo y desacreditar a la OPAQ. Rusia también fue acusada de difundir acusaciones infundadas sobre supuestos «planes» de Ucrania de utilizar armas químicas en su propio territorio.
Al mismo tiempo, la OPAQ señaló un aumento del flujo de datos sobre el uso activo de sustancias tóxicas por parte de Rusia en la guerra contra Ucrania.
Según los informes presentados a la OPAQ para su debate, los ocupantes rusos están utilizando activamente contra las fuerzas de defensa ucranianas los llamados «agentes antidisturbios«, compuestos químicos que incapacitan temporalmente a una persona causándole irritación de las mucosas, las vías respiratorias y la piel.
En el informe presentado por Ucrania a la OPAQ se afirma que a fecha de febrero de 2024 se habían registrado en los centros sanitarios ucranianos 946 casos de atención médica a militares ucranianos por envenenamiento con sustancias químicas desconocidas. Según la conclusión del Jefe de Tropas de Defensa Química y Biológica del Mando de Apoyo de las Fuerzas Armadas, los medios de lanzamiento de municiones equipadas con sustancias tóxicas peligrosas son vehículos aéreos no tripulados (74%), artillería (13%), lanzagranadas (1%) y otros (12%).
Numerosos países democráticos como Alemania, Eslovenia, Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Japón, Macedonia del Norte, Suiza, Italia, la República de Corea, Finlandia, Polonia, Estados Unidos, Noruega, Irlanda, Rumanía, la Unión Europea en su conjunto y otros países, han registrado las violaciones de la Convención sobre Armas Químicas por parte de Rusia.
Es decir, los ocupantes rusos no sólo demuestran su desprecio por decenas de normas del derecho internacional, sino que también violan a diario la Convención sobre Armas Químicas en Ucrania. El artículo 1 de la Convención prohíbe expresamente el uso de agentes antidisturbios como método de guerra. Cualquier uso de armas químicas por parte de Rusia sería otra grave violación del derecho internacional y una escalada de la guerra contra Ucrania.
Por otro lado, la OPAQ subrayó que Rusia ha sido declarada culpable en repetidas ocasiones del uso de sustancias no convencionales. «Rusia no rendido cuentas del uso de armas químicas en el Reino Unido en 2018 contra los Skripal y en su territorio en 2020 contra Navalny. En la misma línea, Rusia aún no ha dado una respuesta significativa a los informes de que utilizó agentes antidisturbios contra las fuerzas armadas ucranianas«, se subrayó en la reunión.
El Consejo ha apoyado la iniciativa de Alemania, de conformidad con el artículo IX del Convenio, de examinar los informes que indican el uso reiterado de sustancias prohibidas por parte de las fuerzas armadas rusas contra las fuerzas ucranianas. Los socios han exigido asimismo que Rusia dé explicaciones al Consejo Ejecutivo de la OPAQ.
Los países del Consejo también informaron sobre la posibilidad adicional de que Rusia utilizara armas químicas en Ucrania, lo que sería presentado por los ocupantes como una operación de bandera falsa o como un incidente provocado por un ataque deliberado contra instalaciones químicas civiles. Los Aliados decidieron aumentar la vigilancia de la situación en Ucrania, así como mejorar su capacidad para contrarrestar las armas químicas mediante el suministro de equipos de detección, identificación y vigilancia.
Cabe recordar que debido al rechazo sistemático por parte de Rusia de las normas del derecho internacional, en noviembre de 2023, por primera vez en la historia, el país agresor no fue elegido miembro del Consejo Ejecutivo de la OPAQ. Como resultado, el Kremlin ya no puede influir en el trabajo del organismo internacional promoviendo sus narrativas de desinformación sobre la guerra contra Ucrania.