La desinformación se basa en una serie de medidas y resoluciones del Parlamento Europeo (PE) destinadas a limitar el alcance de la influencia rusa de cara a las elecciones europeas del 6 al 9 de junio de 2024. En particular, los medios de comunicación rusos están tratando de difamar dos resoluciones del Parlamento Europeo de 8 de febrero y 25 de abril de 2024: ambos documentos informan sobre una serie de casos revelados de soborno de funcionarios europeos por parte del Kremlin para interferir en los procesos democráticos en la Unión Europea.
Según la investigación, Moscú recluta a algunos miembros del PE y otras instituciones europeas como “agentes de influencia”, financia a ciertos partidos políticos europeos, que luego actúan como portavoces de la propaganda rusa, promoviendo los intereses de Rusia en la UE.
Ambas resoluciones citan decenas de investigaciones específicas que han descubierto agentes rusos en la Unión Europea: desde vínculos entre separatistas catalanes y la administración rusa hasta financiación del Kremlin a miembros individuales del partido alemán Alternativa para Alemania que han estado promoviendo falsificaciones sobre el COVID-19 y visitando ilegalmente la Crimea ocupada temporalmente. Entre los agentes del Kremlin nombrados se encontraba Tatjana Zdanoka, diputada al Parlamento Europeo por Letonia, sospechosa de colaborar con los servicios especiales rusos -StopFake ya ha escrito sobre esta propagandista-.
Dados los numerosos casos de intromisión rusa en la democracia europea, el Parlamento Europeo pidió al Consejo de la UE que imponga nuevas sanciones, no sólo contra los medios de comunicación pro-Kremlin, sino también contra los responsables de las campañas rusas de desinformación en la UE. El PE también propone mejorar la cultura de seguridad interna del Parlamento realizando investigaciones exhaustivas para evaluar posibles casos de injerencia extranjera.
La lucha contra la desinformación rusa no tiene nada que ver con «apretar las tuercas» y «atacar la libertad de expresión». El 3 de mayo de 2024, la organización independiente Reporteros sin Fronteras presentó su informe anual sobre la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa. Según el estudio, los países mejor clasificados en materia de libertad de expresión, donde se respetan los principios del periodismo independiente, se encuentran en Europa. Los treinta primeros países de la clasificación pertenecen en su mayoría a la Unión Europea.
Al mismo tiempo, Rusia, que promueve activamente narrativas antieuropeas y antidemocráticas, se sitúa en el puesto 162 de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa. Según el documento, Rusia «continúa su cruzada contra el periodismo independiente» y «la perniciosa influencia política del Kremlin se extiende hasta la Unión Europea».