La invasión de las plantas nucleares de Ucrania, el bombardeo de las instalaciones de investigación nuclear en los institutos de Ucrania, el lanzamiento de misiles sobre las instalaciones nucleares del país: estas acciones de los ocupantes rusos violan todas las convenciones y acuerdos vigentes sobre el manejo de las instalaciones nucleares. Además, Rusia se convirtió en el primer país del mundo en atacar a un país con grandes instalaciones nucleares, y también inició acciones militares en el territorio de las centrales nucleares. Es un incumplimiento sin precedentes de los principios de seguridad nuclear en el mundo.
De acuerdo con las normas internacionales, cualquier ataque armado y amenaza a las instalaciones nucleares con fines pacíficos se define como una violación de los principios de la Carta de las Naciones Unidas, del Derecho Internacional y del Estatuto de la Agencia Internacional de Energía Atómica. La OIEA también emitió tres resoluciones separadas dedicadas a la seguridad nuclear de Ucrania a raíz de la agresión rusa. Estos documentos enfatizan que fue la parte rusa la que “no prestó atención a las advertencias del Consejo para detener de inmediato todas las actividades en las instalaciones nucleares en Ucrania”. La OIEA también pide a Rusia que devuelva el acceso a estas instalaciones a los operadores ucranianos competentes.
Físicos de todo el mundo, al igual que los Gobiernos de Estados democráticos han insistido al Kremlin para detener la guerra en las plantas nucleares en más de una ocasión. Se subrayó que al apoderarse de las centrales nucleares de Chornóbil y de Zaporiyia, Rusia violó todos los protocolos internacionales vigentes y continúa arriesgando la posibilidad de una liberación a gran escala de materiales radiactivos. También se resaltó que todos los esfuerzos del Organismo Internacional de Energía Atómica en cuanto a la seguridad de las centrales nucleares de Ucrania se encuentran con la resistencia de los invasores.
Es más, la central nuclear de Zaporiyia invadida por las tropas ocupantes no es la única que corre riesgo de un accidente nuclear: los constantes ataques con misiles contra las instalaciones energéticas de Ucrania aumentan el riesgo de una catástrofe nuclear. Según los datos del Ministerio de Energía de Ucrania, la central de Zaporiyia vivió, en más de 5 ocasiones, un apagón total a causa de los bombardeos rusos en 2022. Además, como consecuencia de los ataques rusos, se interrumpió el suministro eléctrico de la central nuclear de Jmelnytskyi el 15 de noviembre de 2022. El 23 de noviembre de 2022, como resultado de un ataque con misiles rusos, las cuatro plantas de energía nuclear ucranianas quedaron completamente apagadas. Este caso es el primero no solo en los 40 años de historia ucraniana de funcionamiento de centrales nucleares, sino también en la historia de la energía nuclear mundial en general.
También se registra periódicamente el sobrevuelo de los misiles rusos sobre las centrales nucleares ucranianas. La última situación extremadamente peligrosa ocurrió el 18 de febrero de 2023, cuando dos misiles de crucero sobrevolaron la central nuclear Pivdennoukrainska (del sur de Ucrania) a una distancia peligrosamente cercana durante un ataque masivo de los rusos.
Aparte de eso, Rusia también ataca otras plantas nucleares en Ucrania. En marzo de 2022, el agresor disparó al Instituto de Física y Tecnología del Centro Nacional de Ciencias de Járkiv desde los sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes, Grad. En el territorio del establecimiento se encontraba la instalación nuclear experimental “Fuente de Neutrones” con 37 elementos de combustible nuclear cargados en su zona activa. La posible destrucción de la instalación amenazó con un desastre ambiental a gran escala.
Aparte de los documentos que regulan el ámbito de la seguridad nuclear, con la invasión de Ucrania, Rusia ha violado alrededor de 400 acuerdos internacionales diferentes. Todas las acciones de los ocupantes dirigidas a la debilitación de la seguridad nuclear de Ucrania pueden considerarse terrorismo nuclear de acuerdo con las normas del Derecho Internacional. Los socios internacionales de Ucrania califican los ataques rusos a las instalaciones nucleares ucranianas como un crimen de guerra.