Este lunes comenzaron los juicios en el municipio Palma Soriano, Santiago de Cuba, a los participantes en las manifestaciones pacíficas del 11 de julio en el que miles de cubanos se lanzaron a las calles reclamando sus derechos.
El régimen cubano pide severas condenas a los jóvenes participantes como es el caso de Daniel Fernández, preso en la cárcel de Boniato, al que se le pide una condena de 10 años de privación de libertad.
Fernández realizó una directa (Facebook Live) mientras marchaba pacíficamente junto a gran parte de la población local denunciando los abusos y manifestándose en contra de la situación de la isla. Esta acción forma parte de la acusación, según dicen familiares.
Martí Noticias logró hablar con su esposa, Daniela García Albarán, quien entró a la sala del juzgado y presenció la primera vista. García Albarán dijo que permaneció en el juzgado desde las 9 de la mañana hasta las 10 de la noche y reconoce que fue “un día agotador”.
Con los “nervios de punta” y sin saber qué iba a ocurrir, Daniela tuvo que soportar las mentiras de la fiscalía que intenta involucrar a su esposo en un acto de violencia. Un policía presentado como testigo aseguró haber sido golpeado por Fernández el día de las manifestaciones. “Me sentí con mucha impotencia al saber que tampoco podía decir nada”, expresó la esposa del detenido.
Según el abogado de Fernández, el régimen no tiene pruebas para demostrar que dichas acusaciones son ciertas, por lo tanto, todo queda en la “palabra” del agente de policía.
Con muchos deseos de llorar y de abrazarlo, Daniela vio a su esposo entrar a la sala penal, y denunció su estado físico. “Él era un hombre corpulento y ahora no tiene nada que ver con lo que era antes”, dijo.
Para Daniela y su hija de tres años estas serán unas “navidades negras", pues en seis años de relación con su esposo siempre habían estado juntos en las fechas de celebraciones. "Lo vamos a extrañar mucho, no tenemos deseos de celebrar nada”, dijo Daniela quien le muestra fotografías de su padre a la niña "para que no lo olvide".
Martí Noticias, también habló con Juana Elva Álvarez Heredia, madre de Daniel Fernández, quien no pudo entrar este lunes al juzgado al sentir que desfallecía cuando vio tantos policías antimotines que rodeaban el lugar. “Como si juzgaran a criminales de guerra...ellos no lo merecen, es un atropello”, recordó.
Juana Elva, visitó recientemente a su hijo en la cárcel de Boniato, y reconoció haberse sentido mal al verlo lleno de picadas de insectos. “Eran picaduras de Chinches, parecían que le habían dado un tiro”, dijo al verlas infectadas, además, asegura que las autoridades no le han hecho llegar los medicamentos que con tanto trabajo consiguió para aliviar la infección de su hijo.
“Yo quiero que el mundo entero sepa la injusticia que están cometiendo con estos jóvenes, este juicio no es más que un montaje” concluyó.
Al término de esta nota el juicio aún no ha concluido, los familiares de Daniel Fernández esperan un veredicto entre la noche del martes y el día miércoles.